Las pinturas rupestres del paraje de la Valltorta se han convertido no solo en un símbolo de la provincia de Castellón, sino que han traspasado nuestras fronteras para convertirse en uno de nuestros rincones más internacionales. Dentro del conjunto de muestras de Arte Rupestre de la Comunidad Valenciana, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial en el año 1998, y destacan las pinturas del Parc Cultural de Valltorta-Gasulla, en la localidad de Tírig.
Tal es la fama que han alcanzado estas expresiones artísticas prehistóricas de la provincia de Castellón que sus fans se cuentan por miles en todo el mundo, aunque dudamos que alguno de ellos supere el grado de admiración de un joven polaco, que la pasada semana cumplió su sueño de visitar los puntos clave de la Valltorta, especialmente la Cova dels Cavalls. No en vano Marcin, que así se llama este joven que reside en Bruselas, ha cubierto por completo sus brazos con los protagonistas de la escena de cacería más famosa de entre las que encontramos en Castellón.
Se encuentra en la Cova dels Cavalls, dentro del término municipal de Tírig, declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1924 y en ella se representa una escena de cacería donde un grupo de arqueros acechan y disparan sus flechas contra una manada de nueve ciervos, uno adulto, otro joven, cinco ciervas y dos cervatos, que huyen heridos.
Los encargados del Museu de la Valltorta han sido los responsables de desvelar la pasión de Marcin por las pinturas rupestres castellonenses, y por la escena de la cacería de ciervos, en particular. Según contó el joven polaco a los guías del museo, nunca antes había visitado el paraje, pero quedó prendado por las imágenes hasta el punto de decidir tatuárselas en los brazos, primero el grupo de ciervos, en la extremidad superior izquierda, y después a los arqueros, en la derecha.
La Cova dels Cavalls fue el principal objetivo de su primera visita a la Valltorta, pero también aprovechó el viaje para conocer la Cova del Mas d'en Josep y les Coves del Civil. Una aventura digna de contarse.
