El Ayuntamiento de Burriana apuesta por retomar la celebración de Nochevieja tras el parón de un año debido a la crisis sanitaria. La iniciativa, que tuvo muy buena acogida en las anteriores ediciones prepandemia, se trasladará desde la plaza Mayor hasta la Terraza Payà con el objetivo de controlar mejor los accesos y el aforo del recinto.

Las medidas para evitar el contagio estarán presentes en la organización del evento y por ello será al aire libre, la mascarilla deberá llevarse excepto cuando se esté consumiendo y habrá que mostrar el pasaporte covid.

La concejala de Fiestas, Lluïsa Monferrer, explica que «llevamos tiempo trabajando para organizar la actividad con todas las garantías de seguridad y por eso será en un espacio acotado y al aire libre». La edila matiza que el recinto contará con una carpa de grandes dimensiones en el interior, pero «estará abierta por los lados para que haya buena ventilación».

Respecto al número de personas que podrá albergar aún está por concretar, no obstante, Monferrer alude a que «esta superficie acoge grandes celebraciones como la fiesta de las paellas en febrero», por lo que la distancia de seguridad está más que garantizada.

Fuegos artificiales

La noche del 31 de diciembre comenzará con el disparo de fuegos artificiales desde el edificio consistorial tras las doce campanadas. Así, a partir de las 12.30 horas, la orquesta Top Zero dará la bienvenida al 2022, y seguidamente, una discomóvil continuará los festejos hasta las 6 de la madrugada.

El recinto contará con servicio de barra y el Ayuntamiento dispondrá el personal necesario para controlar el acceso estableciendo una única entrada por la calle Sant Vicent y la salida a través del paso cubierto del Raval a fin de evitar aglomeraciones y disponer de más espacio en el momento de pedir certificados.

La concejala valora esta actividad como «una buena alternativa para los jóvenes que deciden quedarse en la ciudad para festejar el año nuevo» al tiempo que puede servir de revulsivo económico para los establecimientos hosteleros gracias a la contratación de cenas.

Finalmente, hizo una llamada a la responsabilidad no solo en lo referido a la cuestión sanitaria, sino también «a la convivencia ciudadana y el respeto al descanso de todos los vecinos».