Una vez más, el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ha tenido que destinar recursos públicos para limpiar diferentes zonas afectadas por vertidos incontrolados de residuos voluminosos. Hasta 25.000 kilos de diferentes tipos de materiales han tenido que retirar en esta ocasión, localizados en la partida del Parany, y los caminos Font de Cabres, Valencia y Maquial.

El concejal de Sostenibilidad, Fernando Darós, se ha visto obligado a reiterar la denuncia pública en relación a una problemática que el consistorio intenta minimizar con vigilancia policial, aunque resulta complicado. Ayer aseguró que «el incivismo de unos pocos lo acaban pagando todos los vecinos, económicamente y también con consecuencias medioambientales, de imagen y salubridad».

Dificultar la entrada

Entre las medidas que comenzaron a implantarse hace meses está la de crear caballones de tierra a la entrada de los solares más sensibles, para obstaculizar o impedir la entrada de los vehículos con los que realizan los vertidos. Previamente, solo en los terrenos de titularidad pública, «que es donde podemos entrar», retiran todos los residuos y los trasladan a un punto autorizado de gestión. Darós asegura que estas labores le cuestan al Ayuntamiento de la Vall cada año más de 10.000 euros.

Para tratar de identificar a los autores de estos vertidos ilegales, la Policía Local recurre a la instalación de cámaras de vigilancia móviles, que se colocan de manera aleatoria en las zonas más problemáticas o donde se ha detectado la acumulación de basura. Esta medida ya ha dado resultados en más de una ocasión, algo que ha permitido sancionar a los infractores y obligarles a limpiar los lugares que han ensuciado.