Con el cambio del año, la Vilavella está asistiendo al comienzo de unas obras muy esperadas en el municipio, la construcción de su tanatorio, después de que el pasado 21 de diciembre la alcaldesa, Carmen Navarro, firmara el acta de replanteo una vez adjudicada la ejecución a una empresa del municipio vecino de Betxí.
Con una inversión de 282.000 euros, con cargo a los presupuestos municipales, el plazo de ejecución estimado es de seis meses, por lo que el Ayuntamiento confía en que el servicio pueda estar en funcionamiento este verano.
Aunque antes, como precisó la alcaldesa, deberá procederse a adjudicar la segunda fase del proyecto, en la que se dotará del mobiliario e infraestructuras básicas de funcionamiento. La intención del equipo de gobierno es que aspiren a esta parte del proceso «las empresas funerarias, para que ya se hagan cargo de la gestión». Según Navarro, estos trámites ya se han puesto en marcha.
La Vilavella empezó a trabajar sobre la idea de construir el tanatorio hace seis años, como recuerda la munícipe. Ha sido un camino arduo y costoso que ha sido posible a través del superávit del 2020, porque ha dotado del dinero necesario para abordar la obra.
Evitar desplazamientos
La construcción de este edificio dará respuesta a una demanda constante de los vecinos, que debían desplazarse a otras localidades para despedirse de sus seres queridos. A partir de este verano, la apertura de su propio tanatorio cambiará para siempre esa situación.
Navarro remarcó que este inicio de año está siendo positivo para el municipio desde el punto de vista de las infraestructuras. Se ha culminado la construcción de un tramo más del carril bici —1 kilómetro financiado por la Diputación— y en pocas semanas comenzarán las obras de la Glorieta.
