El Ayuntamiento de l’Alcora adquiere tres casas abandonadas, situadas en la calle Peiró, por 48.813 euros. El objetivo es derruirlas y ganar espacio para el peatón. De esta manera, ensancharán la acera para mejorar la accesibilidad en este céntrico vial de la localidad, como explicaron el alcalde, Samuel Falomir, y el edil del área de Urbanismo, Julián Tena, quienes este martes visitaron la zona.

La eliminación de estas tres viviendas permitirá, además, una mayor seguridad para los viandantes, ya que en ese espacio la acera es mucho más estrecha, así como para los conductores que casi que rozan los pivotes cuando pasan, especialmente de los numerosos autobuses que circulan por esa calle cada día.

Además de estos inmuebles, como adelantó el diario Mediterráneo en su día, el consistorio ha adquirido otros cuatro para impulsar diferentes mejoras urbanísticas. Se trata de una casa en la calle Agua, valorada en 18.000 euros. Está situada entre el Museu de Cerámica y la biblioteca y permitirá ampliar ambos edificios municipales para futuros usos. También contemplan liberar la plaza de la Sangre de los contenedores que alberga en la actualidad.

Otra propiedad está situada en la calle José Gil del Castillo y ha sido adquirida por 17.314 euros para hacer más ancha la acera y mejorar la movilidad y la seguridad ciudadana. Las restantes se encuentran en el vial Barcelona, con un coste de 25.626 euros, para acabar de urbanizar la zona y darle una salida a la calle; y una nave sita en la carretera circunvalación (120.000 €) para usarla en un futuro como almacén municipal.

Y es que la idea es que el almacén se integre en la futura Casa de la Cultura por su proximidad al edificio de la Muy Noble, comprado por el consistorio para desarrollar este importante proyecto.