Malestar entre vecinos de les Coves de Vinromà por el impacto negativo que supondría para la localidad que el proyectado megaparque solar Magda, valorado en 66 millones de euros y cuya declaración de impacto ambiental se encuentra en fase de exposición pública hasta el 17 de febrero, acabase siendo una realidad.

Propietarios de terrenos y masoveros rechazan el plan y avisan de que la macroplanta que planea construir la empresa Tregmul Trade (que en este proceso la representan las firmas Premier y Akuo como compañías que han redactado el proyecto) «arrasaría campos de cultivo y afectaría a masías diseminadas por el término municipal que están habitadas».

No en vano, se trataría de la infraestructura solar más grande de toda la provincia, ya que, al megaparque fotovoltaico centralizado en les Coves, hay que sumar las líneas de evacuación, por lo que en total se verían afectados 13 municipios.

Así lo relata a Mediterráneo una de las damnificadas en primera persona, Cinta Moliner, que advierte de que, de salir adelante el faraónico proyecto, el impacto paisajístico será considerable: «Habrá masías que cuando abran la puerta verán espejos cuando ahora disfrutan de almendros floridos».

El 80% de los afectados, sin firmar

"Pedimos que las placas solares se instalen de forma racional, en territorio degradado o abandonado, no sobre parcelas con cultivos, muchos de ellos ecológicos. Creemos que es de justicia"

El grupo de vecinos afectados, que plantea constituirse como plataforma o asociación cuando dispongan de más tiempo (ahora todos los esfuerzos se centran en preparar las alegaciones), critica, además, que el 80% de propietarios de los terrenos donde quieren instalar los paneles fotovoltaicos no han firmado ningún contrato de alquiler, ocupación o compraventa de sus parcelas y que, tras realizar un intenso trabajo de campo durante las últimas semanas, «solo 6 o 7 han dado su conformidad» (si bien es cierto que esos dueños poseen mucha de la superficie afectada).

En total, los residentes calculan que las placas solares se extenderían por unas 470 hectáreas del término municipal. "No es que estemos en contra de las renovables, ni mucho menos, ya que son el futuro. Lo que pedimos es que, en este caso, los paneles fotovoltaicos se instalen de forma racional, en territorio degradado o abandonado, no sobre parcelas con cultivos, muchos de ellos ecológicos. Creemos que es de justicia", razona Cinta Moliner.

Después de un primer encuentro introductorio, a principios de enero, con el Ayuntamiento, la agrupación de vecinos volverá a reunirse este miércoles con la alcaldesa, Mònica Nos, para solicitarle que defienda sus intereses y haga lo posible para frenar el proyecto. En concreto, piden que el consistorio apruebe una moratoria para dar la licencia de obras y actividad a la empresa y, en segundo lugar, aunque saben que es «más difícil», proponen que modifiquen el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para cambiar los usos del suelo no urbanizable, lo que impediría el desarrollo de la megaplanta solar, tal como pretenden.

La Vall estudia si un proyecto salva la moratoria aprobada en el pleno

El DOGV publicó este martes la solicitación para la implantación de una central fotovoltaica en la Vall d’Uixó. La noticia fue recibida con sorpresa por el consistorio, que aprobó en pleno una moratoria de un año en la concesión de licencias a este tipo de instalaciones, en especial ante la posibilidad de que llegara a la ciudad --como se había dado el caso-- una propuesta para una megaplanta solar, pues no se ajustaría al proyecto de ciudad del actual equipo de gobierno.

Los servicios jurídicos del Ayuntamiento de la Vall están estudiando la documentación porque, parece ser que, el plan presentado, con un presupuesto de 1,5 millones de euros y una potencia de 2.200 kW, tendría aprobada la compatibilidad urbanística desde el 2019, y podría no afectarle la moratoria. Informa Mònica Mira.