Burriana encara la recta final de eventos hasta la llegada de la semana grande de las fiestas de Sant Josep 2022 y lo hace con un calendario muy ajustado por la celebración de las Fallas en el mes de octubre. Una vez realizado el acto de exaltación de las reinas falleras, Sandra Candau y Ana Giménez, las comisiones preparan las presentaciones de sus máximas representantes, que arrancarán este fin de semana y que, debido a las circunstancias, llegará a concentrar hasta cinco propuestas el mismo día. Todo un reto para los falleros que asumen con ilusión, a la espera de conocer la evolución de la situación epidemiológica por el covid.
La atípica cremà de los monumentos del año pasado, provocada por la irrupción de la pandemia, ha conllevado el retraso del tradicional almanaque fallero y, obligatoriamente, ha supuesto un ciclo más breve de lo habitual. Así, las primeras en iniciar las presentaciones este próximo sábado serán las fallas La Mercé, La Vila, La Mota y Rei Jaume I.
La concejala de Fallas y presidenta de la Junta Local Fallera, Sara Molina, informó que la semana pasada realizaron una reunión para acordar los horarios, a fin de mejorar la coordinación, para que las máximas representantes de la ciudad puedan acudir a cada una de las actividades. No obstante, dijo que, debido a la situación excepcional, «miraremos cada semana cómo organizarlo de la mejora forma».
Cabalgata del Ninot
Tras un mes de febrero frenético, la cuenta atrás ya estará en marcha y será el turno para las tradiciones ineludibles y más esperadas del ejercicio josefino. El encendido oficial de la mecha comenzará con el Pregó y la Crida desde el balcón del ayuntamiento, el 27 de febrero y, el fin de semana siguiente, las cabalgatas del Ninot adulta e infantil.
Muchas agrupaciones falleras llevan semanas con las manos en la masa para elaborar las populares carrozas que cierran las comitivas e, incluso, están inmersas en la preparación de las comparsas con el tema y el vestuario ya escogidos.
Incidencia del covid
La ilusión de las comisiones no decae, a pesar de que la incidencia del virus sigue siendo una sombra que hace peligrar la celebración de eventos masivos. Molina incidió en que «no podemos ser ni excesivamente optimistas ni tampoco negativos, por lo que es mejor prepararlo todo y vigilar la coyuntura de cerca». De hecho, esgrimió que ese es el sentir de las comisiones que, en el caso de no desarrollarse la cabalgata, guardarían los elementos que hubieran elaborado para otra ocasión.
Por último, quedan otras dos veladas muy queridas por la sociedad josefina y que son preludio de las fechas más próximas al auge festivo. Se trata del pa i porta faller y la cena de gala, en el Llar Fallero, ambas citas en un lugar cerrado y que implica una gran cantidad de personas. Al respecto, la edila ve muy difícil adaptar este tipo de actos, «ya que implica un aforo muy alto y con el riego de quitarse la mascarilla para poder comer».
Con todo, lo cierto es que queda poco más de mes y medio para las jornadas clave y los falleros, con el buen precedente de la Cremà del 9 de octubre, esperan con esperanza poder vivir este nuevo ciclo pese a la incertidumbre que genera la crisis sanitaria en el calendario festivo local.
