Una vez que la Diputación, como propietaria del castillo de Peñíscola, ha enviado a todas las partes implicadas las conclusiones del informe geológico --elaborado por la Universitat Politècnica de València (UPV)-- que evalúa el estado del tómbolo sobre el que se asienta la fortaleza del Papa Luna, el Ayuntamiento ya tiene claro qué medidas serían las más idóneas y necesarias para reforzar la protección de los dañados acantilados.
Al hilo de las recomendaciones que subrayaron en su estudio los técnicos de la UPV, en el que urgen la construcción de un rompeolas para evitar que la fuerza del mar «continúe creando fisuras en las rocas», el alcalde, Andrés Martínez, considera, en ese sentido, que lo más apropiado sería levantar escolleras «que defiendan lo que sería la plataforma que aguanta el tómbolo».
"Es posible que desde el consistorio debamos efectuar acciones de drenaje en alguna calle, pero son intervenciones pequeñas, ya que lo más potente son las actuaciones marítimas para construir escolleras"
Aunque la responsabilidad de la gestión del castillo depende de la Diputación, el primer edil es consciente de que el Ayuntamiento deberá costear alguna medida para lograr el objetivo común de evitar nuevos desprendimientos. «Es posible que desde el consistorio debamos efectuar acciones de drenaje en alguna calle, pero son intervenciones pequeñas, ya que lo más potente son las actuaciones marítimas para construir escolleras», apunta Martínez.
Señala al Ministerio
Por ello, el alcalde anuncia que aprobarán una moción en el pleno para reclamar al Ministerio para la Transición Ecológica que ponga en marcha cuanto antes las intervenciones oportunas y necesarias para reforzar la seguridad. «Exigiremos al Gobierno central que actúe en la zona con tal de conservarla y preservarla para que sea más tardía la caída de cascotes», remarca.
Además del análisis que van a efectuar los técnicos municipales, Martínez asegura que están «a disposición de la Diputación para colaborar en lo que sea necesario» y agradece a la administración provincial «la predisposición que ha mostrado desde el primer momento con este tema», aunque subraya que el inicio del interés acerca de este asunto «se remonta al mandato de Javier Moliner».
Antecedentes
El problema surgió a raíz del temporal marítimo que azotó la costa de Peñíscola en diciembre del 2019, que causó el desprendimiento de dos bloques de piedra de la península rocosa sobre la que está asentada la fortaleza templaria y la ciudad amurallada. La zona en la que se produjeron se encuentra en la parte inferior del faro, junto a las escaleras del Papa Luna.
Diputación buscará la mejor solución desde el consenso
Tras recibir las conclusiones del estudio que encargó a la Universitat Politècnica de València (UPV), con un coste de 25.000 euros, la Diputación ya anunció que el viernes se ha puesto en contacto con todas las instituciones del Estado para implicarlas en la protección del castillo de Peñíscola.
El objetivo, como desgranó la diputada de Cultura, Ruth Sanz, es remar todos en la misma dirección e ir juntos «todos a una» a fin de proteger «uno de los símbolos indiscutibles» de Castellón. Y anunció que citará a todas las administraciones a sentarse para encontrar una solución consensuada.
Según la UPV, además de un rompeolas, las actuaciones implican «la revisión y actualización de la red pública de aguas y la protección de los muros recayentes en el mar». Así, ven urgente actuar en el drenaje de las murallas, la preservación de los acantilados y el refuerzo de la seguridad marítima.
