Relevante hallazgo el que ha dejado al descubierto la campaña de excavaciones arqueológicas realizadas a lo largo del año pasado en el castillo de Culla, que aportan nuevas informaciones sobre el origen de su turística fortaleza.
Aunque el objetivo de los trabajos, cofinanciados entre Ayuntamiento y Diputación, era seguir indagando el pasado que se esconde debajo de las rocas del castillo, el equipo coordinado por el arqueólogo Rafael Martínez se esperaba encontrar restos de muralla o de estancias de la fortificación, pero no esqueletos humanos.
Así, a lo largo de los 150 metros cuadrados sobre los que actuaron (correspondientes a la cara norte de la muralla del recinto 2), además de hallar edificaciones adosadas al propio recinto defensivo medieval, lo más curioso fueron los dos enterramientos en cista depositados sobre la roca y otros restos esqueléticos en las proximidades, que carecían de ajuar u otros materiales asociados, lo que impedía su datación.
Carbono-14
Sin embargo, gracias a los estudios de carácter bioantropológico, paleopatológico y de datación radiocarbónica, han podido establecer su cronología, la cual se remonta mediados del siglo XV, por lo que los esqueletos tendrían unos 570 años de antigüedad.
Los huesos hallados correspondían a varones, de entre 25 y 50 años, con marcadores de una actividad física constante y repetitiva, que puede relacionarse con tareas cotidianas de tipo agropecuario o artesanal. Los datos parecen indicar que no se tratan de enterramientos aislados y que probablemente pertenecerían al cementerio castrense desconocido hasta la fecha y asociado a la comunidad religiosa-militar propietaria del castillo, la Orden de Montesa.
A finales de 2017, el consistorio inició las excavaciones en su antigua fortaleza, con la intención de proceder a su estudio, recuperación y posterior uso turístico. Los hallazgos localizados en el lugar no han dejado de sorprender a los expertos, tales como los restos de época del bronce, un castro ibérico del siglo III a.C. y la alcazaba del siglo XI, que evidencian la ocupación temprana del espacio.
También descubrieron unos grafitis hechos con carbón donde, entre otros motivos, se muestra una escena bélica con piezas de artillería y soldados con los brazos alzados, dentro del contexto de las Guerras Carlistas.
