Una treinta de cazadores participó ayer en la tercera de las cuatro batidas de jabalís programadas y autorizadas por la Generalitat en Cabanes dentro del plan de control de estos animales salvajes en el Desert de les Palmes, como consecuencia del exceso de población detectada en la zona, que ha generado múltiples quejas de agricultores y ha provocado diferentes accidentes de tráfico.
Si hace un par de semanas una única persona logró boicotear y suspender la actividad, ayer, una decena de conservacionistas en representación de Pro-desert, Gecen y Vecinos Desert también se concentraron en oposición a la batida, pero no pudieron impedir que se llevara a cabo, como confirmó la Federación Provincial de Caza.
Los participantes en la movilización aseguraron ayer a Mediterráneo que habían logrado retrasar la batida «dos horas» con su protesta, lo que desde la Federación de Caza niegan. «Convocamos a las ocho de la mañana, pero dedicamos mucho tiempo a revisar con el Seprona toda documentación, de los perros, las autorizaciones de la Generalitat y pegamos una vuelta a todo el perímetro», explica el presidente de la entidad, Pablo Molina. Esta revisión de la zona acotada para la batida es necesaria porque, según afirma, como en ocasiones anteriores «en esta zona, han quitado la señalización de puntos de vigilancia y tablillas de advertencia en accesos», algo que, según lamenta, no pasa en otros sitios. Puso como ejemplo las dos batidas realizadas recientemente en la Vall d’Uixó, que se han desarrollado sin incidentes.
Tras comprobar que todo estaba en orden, sobre las 9.30 horas, según Molina, los cazadores iniciaron la jornada con un «balance positivo» en cuanto al control de la superpoblación de jabalís. La Generalitat ha autorizado una salida más dentro de una semana.
Contra las batidas
Los movilizados critican que Conselleria «dé carta blanca» a la Federación de Caza a pesar de que, según denuncian, «hay indicios de manipulación sobre las piezas cobradas, censo de jabalís o avasallamiento a los vecinos. No queremos tiros ni riesgos en el Desert», concluyen.
Los que están en contra, defienden que existen otros métodos menos expeditivos y más coherentes con criterios de conservación de la naturaleza, como es la esterilización de los jabalís que, según defienden, ya se hace en Cataluña.
