Cierra el polémico bar-restaurante del cámping del Llosar de Vilafranca. Este establecimiento, de titularidad municipal, fue noticia en Navidad después de que los responsables de su gestión publicitaran que no pedirían el pasaporte covid a los clientes, cuando era obligatorio. El Ayuntamiento apercibió a los gestores de las instalaciones de que debían cumplir con la legislación vigente y, según fuentes municipales, este conflicto precipitó el fin de la concesión.
El asunto fue tratado en el pleno de esta semana. Los hasta ahora concesionarios pidieron al consistorio rescindir el contrato. «Aluden a la subida de los precios y a la necesidad de reparar algunas deficiencias en las instalaciones como motivos para romper el acuerdo», apuntaron en la sesión plenaria.
El Ayuntamiento, según ha podido saber este periódico, procederá ahora a la reparación y acondicionamiento del recinto como paso previo a la publicación de una nueva concesión. «Esperamos poder encontrar pronto nuevos inquilinos porque el cámping es un espacio que tiene actividad y queremos mantener este servicio», explica el teniente de alcalde, Cándido Andrés.
Asimismo, el edil admite que no puede adelantar cuándo podrán poner en marcha el proceso de adjudicación, porque dependen de los plazos de las obras y de encontrar gente interesada en regentar el negocio.