Alicia Caparrós, de 35 años; y su marido, Rubén Toledo, de 30, llegaron hace 8 meses a Els Rosildos, un núcleo de población perteneciente a la Serra d’en Galceran con una finalidad: evitar el cierre del aulario de Infantil del Colegio Rural Agrupado (CRA) La Serra en esta pedanía. No viajaban solos. Les acompañaban sus tres hijos: el pequeño, que ahora tiene 9 meses; y dos, de 3 y 5 años, quienes acuden a esas instalaciones educativas, donde reciben una «educación personalizada», la principal razón para trasladarse a vivir a este casco urbano de apenas 150 habitantes situado en la comarca de la Plana Alta de Castellón.

Los cinco forman una de las 13 familias instaladas en la actualidad en pueblos del interior de Castellón en riesgo de despoblación a través del programa Reviu. Se trata del plan que la Generalitat, a través de la Agenda Valenciana Antidespoblament (Avant) y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, lanzó para que parejas principalmente con hijos en edad de escolarización se instalen en municipios con peligro de perder habitantes de la Comunitat Valenciana con el objetivo de blindar servicios como los colegios y mantener negocios que se pierden por falta de relevo generacional, tales como bares, hornos y albergues, entre otros. 

No en vano, el programa ha permitido salvar del cierre o reabrir centros educativos, como el el caso de Almedíjar, que recuperó su escuela después de 6 años; o Argelita, donde tras 47 años sin escuela, se abrió una nueva con 5 niños de infantil y 6 de primaria. 

Pese a que en el programa se han inscrito hasta la fecha más de 4.000 personas procedentes de otras zonas de la geografía española e incluso, de diversos puntos del mundo, este no es el caso de Alicia y su familia, que solo tuvieron que recorrer 56 kilómetros hasta su nuevo destino. Se trata de la distancia que separa Burriana de Els Rosildos.

Els Rosildos es un núcleo poblacional que pertenece a la Serra d'en Galceran, situado en la comarca de la Plana Alta.

Pese al corto desplazamiento, esta integradora social y su marido, que trabaja como sanitario en Benicàssim, tenían claro que querían criar a sus hijos en un ambiente rural. «Yo soy de Galicia y fui a un colegio rural y tenía claro que cuando tuviera hijos quería lo mismo para ellos», explica Alicia. Cuando llegaron, en Infantil solo había 2 niños «y se necesitan 3 como mínimo para que permanezca abierto». Con los hijos mayores de Alicia alcanzaron el objetivo. Y posteriormente, llegaron más familias con niños. «La educación personalizada que reciben no es comparable con nada».

Esta nueva vecina de Els Rosildos tiene «muy claro» que esta es la vida que desean y que su futuro está aquí, si bien lamenta la falta de casas con opción de compra, pues ahora están en régimen de alquiler.

Escasez de viviendas

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No en vano, una de las problemáticas detectadas por parta de Avant es la escasez de viviendas. «Pese a identificar las oportunidades de relevo generacional, nos encontramos con una ardua labor para la consecución de viviendas y finalmente poder instalar a familias en los territorios», explicó la directora general de Avant, Jeannette Segarra. 

De hecho, en algunos casos deben recurrir a municipios aledaños o persuadir a propietarios de viviendas en venta para que las alquilen.