Decenas de vecinos de la Vall d'Uixó han querido sumarse esta mañana a la concentración convocada por el comité de empresa de Nordex para mostrar su oposición al cierre de la planta que la multinacional tiene en la ciudad, y que supondrá el despido de casi un centenar de personas.
Los afectados por el anunciado cese de la actividad tienen prevista convocar concentraciones todas las semanas para visibilizar su oposición a un desenlace que, como insisten en defender, «no tiene explicación», más allá de la intención de la multinacional de «maquillar la deslocalización de la producción».
Junto a los empleados y sus familias, hoy han podido verse entre los reunidos en la plaça del Centre a vecinos de la ciudad ajenos a la actividad de la empresa pero que han querido mostrar su apoyo a los afectados porque, como alguno manifestó, «en la Vall, por desgracia, hemos asistido a otros momentos así», en referencia al traumático cierre de Imepiel, que provocó una crisis económica y social en la ciudad de la que costó mucho salir.
Esta concentración, en la que hubo representación de los grupos políticos municipales, encabezados por la alcaldesa, Tania Baños, se produce dos días después del segundo encuentro con representantes de Nordex en la que, como explicaron desde el comité de empresa, se produjeron muy pocos avances, pues no concretaron ningún detalle relacionado con los planes de cierre, solo «estuvieron tres horas exponiéndonos sus razones». Pero no trataron cuestiones como la recolocación de parte de la plantilla o la posibilidad de no suspender la producción.
Los empleados remarcan la evidencia de que no existen problemas relacionados con la productividad o los beneficios, pues la planta sigue funcionando a pleno rendimiento, por lo que todos coinciden en apuntar al único interés de llevar el proceso a países donde la mano de obra es más barata para obtener más ganancias.
