Los trabajadores de Nordex iniciarán a las 6.00 horas de este viernes, 25 de marzo, una huelga indefinida en respuesta a la negativa de la multinacional productora de aerogeneradores de negociar el cierre anunciado. Como confirma el comité de empresa, «no aceptan el no al cierre como parte de la negociación, es por eso que decidimos tomar medidas más contundentes».

Hasta ahora, la planta de la Vall d'Uixó seguía a pleno rendimiento, a pesar del demoledor anuncio del cese de la actividad que se produjo el 17 de enero y que cogió por sorpresa a los empleados. De hecho, ese es uno de los argumentos que llevan a los afectados a denunciar un cierre injustificado, pues no se acusan pérdidas. Para los trabajadores, la única motivación es la deslocalización, para ubicar la producción en países donde la mano de obra es más barata, lo que supondrá un incremento de los beneficios.

Cierre, sí o sí

El comité de empresa ha mantenido diversos contactos con los representantes de Nordex en los que se ha llegado a hablar de condiciones de los despidos y de recolocaciones, pero la premisa principal era no descartar el mantenimiento de la producción en la Vall, algo que los trabajadores tenían la esperanza de lograr. Ese ha sido el eje central de los numerosos contactos que han mantenido con diversos representantes políticos, pero todas esas gestiones no parecen estar afectando lo más mínimo a la multinacional, que ya tendría la decisión tomada hace mucho. Ya lo advirtió la alcaldesa, Tania Baños, al decir que Generalitat y Ministerio habían negociado alternativas con Nordex, sin que llegaran al puerto esperado.

Llegados a este punto, según los representantes de los empleados, «al acabar el plazo de las negociaciones el viernes, iniciamos la huelga indefinida». A partir de las 6.00 horas, anuncia la presencia de piquetes informativos a las puertas de la planta.

Piden al parlamento europeo ventajas fiscales para las empresas y así evitar que la cadena de suministros se externalice a otros países

La plantilla de Nordex en la Vall ha realizado numerosas acciones: manifestaciones, concentraciones, reuniones con políticos y recogidas de firmas. La última, una campaña de captación de apoyos para pedir al parlamento europeo que exija «a las empresas que licitan subastas públicas de energía tengan ciertos compromisos», como que «los componentes principales de los aerogeneradores y un elevado porcentaje de aerogeneradores sean fabricados en Europa». Además, apuntan a la necesidad de que las empresas europeas reciban «alguna ventaja fiscal para evitar que la cadena de suministros se externalice a otros países y nos quedemos sin nuestros puestos de trabajo por abaratar costes».