Tras dos años con las puertas cerradas, las instalaciones de la piscina municipal de Benicarló requieren importantes inversiones para rehabilitarlas y adaptarlas a la normativa actual. Con la idea de que sea una realidad cuanto antes, el Ayuntamiento propone un proyecto, valorado en 2,2 millones de euros, a un plan impulsado por el Gobierno a través de ayudas europeas. Se trata del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (Pirep) que gestiona el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a través de los fondos Next Generation EU, asignados al mecanismo de recuperación y resiliencia.
La alcaldesa, Xaro Miralles, y el concejal de Deportes, Fernando Jovaní, anunciaron ayer que, tras dos licitaciones desiertas, «la vía más rápida para abrir la piscina de nuevo era la de asumir la ejecución de las obras por gestión directa». Jovaní afirmó que, tras consultar la problemática con varias empresas del sector y asesorías jurídicas, el consistorio se planteó dos opciones.
Tercera licitación mejorada
«Una posibilidad era sacar una tercera licitación mejorada, pero la descartamos porque no teníamos garantía de que se presentaran empresas», explicó el concejal. La segunda opción es la de «acometer directamente las obras, única y exclusivamente de la parte del agua, una apuesta que, aun siendo arriesgada, es la que garantiza que podamos abrir antes las instalaciones», detalló.
Miralles añadió que «la mejor opción» es que sea el Ayuntamiento el que se encargue de la reforma necesaria, y existe la posibilidad de que los costes sean financiados a través de subvenciones europeas. No obstante, subrayó que «en caso de no lograr el apoyo de la UE, la inversión la asumirá el consistorio con fondos propios».
Los detalles
La propuesta presentada al Pirep incluye la instalación de paneles fotovoltaicos, la sustitución de la iluminación por tecnología led, la mejora del sistema de deshumidificación de aire, nuevos ventanales para mejorar el aislamiento o unos aerotermos para generar agua caliente sanitaria. Además, la zona del agua de la piscina requerirá la renovación de vestuarios, la impermeabilización de la cubierta, adecuación de los sistemas de control de acceso y depuración, y renovar los circuitos de seguridad, megafonía y paneles acústicos del recinto.
La piscina municipal cerró sus puertas en marzo de 2020 debido a la declaración de estado de alarma. El proceso administrativo para reabrirla se ha visto truncado en dos ocasiones al declarar desiertas las licitaciones, una circunstancia que ha provocado malestar y críticas de la oposición y de las entidades deportivas.
Menos trámites administrativos
La redacción del proyecto y la ejecución de los trabajos estarán incluidos en la misma licitación para reducir los plazos administrativos y avanzar el inicio de las actuaciones.
El siguiente paso que deberá considerar el Ayuntamiento será escoger qué modelo de gestión es más adecuado en la piscina: una prestación de servicios o una concesión administrativa. La decisión de apostar por la gestión directa de las obras, dijo la alcaldesa, la han hablado, «tanto con los grupos municipales como con los clubs deportivos que utilizan las instalaciones».
