Desde ayer, en las aceras de la calle Sant Xotxim y la avenida Constitución, a la altura del número 4 en ambos casos, quedará constancia de la necesidad de hacer memoria y de las consecuencias de la barbarie de la exclusión y represión por razón del origen, las creencias o la ideología. Ese testimonio estará fijado para los restos en dos stolpersteine, unas placas de las que hay cientos por toda Europa y que recuerdan a las víctimas del nazismo, a quienes vivieron o no sobrevivieron al calvario de los infames campos de concentración.
Porque la historia ha demostrado que las consecuencias del odio fabricado a medida de intereses particulares de gobernantes sin límites no entienden de fronteras y la pesadilla nazi también llegó a Nules. Amadeo Alagarda Ballester y Vicente Herrera Bertomeu bien lo saben. Fueron dos de los 27 castellonenses que pasaron por el infierno de Mauthausen y ese sacrificio personal no podía quedar en el olvido. El Ayuntamiento organizó ayer un homenaje que es solo el inicio de un camino que tiene como objetivo dar sentido a la Memoria Histórica en Nules.
El recuerdo de Amadeo y Vicente también quedará escrito e impreso en un mural que estará ubicado durante un año en los bajos del ayuntamiento, para después pasar a integrar la colección del Museo de la Guerra Civil sobre la que trabaja el consistorio y que el edil de Patrimonio, Guillermo Latorre, espera que sea una realidad en el 2023.
