Los cotos del norte de la provincia pidieron este proyecto que tiene un coste de 200.000 €
La falta de apoyo de la Conselleria frena un plan para atajar la sarna en las cabras en Castellón
La hoja de ruta de los expertos prevé zonas de afección y reservorios para los animales sanos

Imagen de una investigación de campo de veterinarios de la Cardenal Herrera. / Mediterráneo
La facultad de Veterinaria del CEU Cardenal Herrera elaboró hace un tiempo un plan de contingencia contra la sarna de las cabras hispánicas en Castellón. La propuesta respondía a una solicitud de los gestores de cotos de caza que, como consecuencia del alto coste, 200.000 euros para su implementación, a día de hoy no ha sido ejecutado. Las medidas están definidas y tienen una meta clara: «tratar de salvar a los animales enfermos».
Pese a que existe esta solución, que supondría una intervención a corto y medio plazo, la Conselleria de Agricultura prioriza una opción a mínimos y de larga duración: buscar un fármaco.
Sobre los detalles del acuerdo que anunció ayer en Mediterráneo el departamento que dirige Mireia Mollà, que está en fase de negociación con la Cardenal Herrera, poco ha trascendido hasta ahora, salvo que persigue utilizar un medicamento que, en principio, «daría resultados óptimos», según afirmaron. Pero para atajar el problema actual, que la propia Conselleria califica de «grave», los veterinarios consideran que «hay que ser ambiciosos y no esperar».
Fauna silvestre
"No se va a poder tratar a todos, pero si se consigue hacerlo con un gran número de ellos, la enfermedad frenará su expansión y, posiblemente, su sistema inmunitario tenga tiempo para desarrollar una respuesta eficaz"
El principal inconveniente a la hora de abordar cualquier solución farmacológica es que se trata de animales silvestres, por lo que debe establecerse algún tipo de control que, según los profesionales, pasaría por crear zonas de afección acotadas para cabras enfermas, otras de contingencia para aplicar los tratamientos y un reservorio para animales sanos. Y aun así, inciden en que «no se va a poder tratar a todos, pero si se consigue hacerlo con un gran número de ellos, la enfermedad frenará su expansión y, posiblemente, su sistema inmunitario tenga tiempo para desarrollar una respuesta eficaz».
La investigación es imprescindible en este asunto porque, a pesar de tener identificados un grupo de fármacos, debe testearse en trabajo de campo cuál sería efectivo. Se puede hacer probando con unos pocos animales --la opción que habría escogido Conselleria-- o aplicar el estudio al máximo de cabras infectadas que sea posible.

Veterinarios analizan el cadáver de una cabra. / Mediterráneo
Los veterinarios defienden que se habría probado que las cabras que sobreviven a los 150 días después de la infección, "se curan solas", por lo que "se salvan la mayoría"
Desde la Facultad de Veterinaria explican que la aplicación de los medicamentos se realizaría a los animales controlados en la zona de contingencia, «cuando supiéramos cuál es el adecuado, iríamos tratando de norte a sur, coto por coto». Afirman que el objetivo sería «ir tratando para dar margen a que generen anticuerpos», dado que se habría probado que las cabras que sobreviven a los 150 días después de la infección, «se curan solas». En consecuencia, concluyen que «se salvarían la mayoría». Pero para ello, hay que empezar a trabajar ya y hacen falta recursos económicos con los que hacer posible la propuesta en su totalidad.
La Conselleria reconoce que la opción sobre la que trabajan contempla «un periodo de reducción del número de animales como el actual», pero confían en que «progresivamente la población de la cabra se volverá a recuperar», lo que calcula en una década.
Y precisamente ahí estaría la discrepancia de criterio, entre dejar morir y que solo sobrevivan los más resistentes, o tratar de salvarlos. Los veterinarios advierten que con la primera opción existe el riesgo de pérdida «del acerbo genético» de la especie que habita en Castellón, el principal temor de los cazadores, pues estas cabras se caracterizan por contar con una gran cornamenta en forma de lira que podría llegar a desaparecer.
En contraposición a la problemática de la gran mortandad que provoca la sarna en las cabras hispánicas de Castellón, parece que la Conselleria opta por la selección natural al dar por sentando que van a desaparecer un número elevado de animales, lo que no sería un mal irreparable, pues calculan que en una década podría recuperarse.
Frente a hacer lo mínimo necesario, veterinarios y cazadores piden salvar al máximo de animales, tratarlos y frenar una enfermedad que, según advierten, se propaga a otras especies como el zorro o la liebre.
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