Aunque más de un vecino de Almassora aún retendrá bien fresco en sus retinas el chupinazo que daba hace 10 días el pistoletazo de salida a las primeras fiestas de Santa Quitèria poscovid, los almazorenses han vuelto a mirar este domingo por la noche al cielo para disfrutar de otro castillo de fuegos que esta vez significaba que la semana grande en honor a la patrona llegaba ya a su fin.
Cientos de residentes se han acercado a las calles San Pedro y Derechos Humanos para, al son del espectáculo que ofrecía la pirotecnia Baldayo, repasar cada uno para sus adentros los grandes momentos que han dejado estas esperadas fiestas y, al mismo tiempo, contar los días que quedan para las del Roser.
Antes de los fuegos de artificio, la programación dominical, en la que ya no había bous al carrer, empezó con el XX Encuentro de Bolilleras, que ha tenido lugar en el centro social San Felipe y estaba organizada por la asociación de amas de casa.
Uno de los actos más participativos del día ha sido el Festival de la Paella, que ha reunido a 489 asistentes --al menos era el número oficial de inscritos-- en el Recinte Fester, que han vuelto a compartir espacio y hambre tras las mucho más multitudinarias cenas de pa i porta del viernes y de tombet el sábado.
Tras una partida de pilota en el recién inaugurado Trinquet Municipal Antoniet d’Almassora, el musical Operación Homenaje ha hecho un tributo a las mejores canciones de la historia antes de dar el último adiós a las fiestas patronales.
Regreso de la patrona a su ermita
Dentro del programa, aunque fuera de la semana grande, el 12 de junio devolverán la imagen de la patrona a su capilla en la ermita, en la que no faltarán el almuerzo popular y la misa.
