El Periódico Mediterráneo

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Hace más de dos años que los vecinos tienen que convivir con peleas, gritos y visitas de la policía

Los okupas se adueñan de una casa en pleno centro de Burriana

Es una vivienda que tiene de dos alturas, situada en la calle Jardí, en el corazón del barrio de la Merced, y que es propiedad del banco

En la fachada pueden apreciarse desperfectos en esta céntrica vivienda de Burriana. Isabel Calpe

Unos okupas se han adueñado de una casa en pleno centro de Burriana. La vivienda tiene dos alturas y está situada en la calle Jardí, en pleno corazón del barrio de la Merced. Las peleas, gritos y desperfectos se suceden desde hace más de dos años, cuando, en pleno confinamiento, más de 20 personas pasaron a residir ilegalmente en este inmueble que es propiedad de una entidad bancaria. 

Según ha podido conocer Mediterráneo, los incidentes son continuos y, sin ir más lejos, el más reciente fue la noche del domingo, cuando requirieron la intervención de las autoridades e, incluso, de la asistencia de una ambulancia. Al parecer, empezaron a escuchar una fuerte discusión que llegó hasta la calle, saldándose con una persona herida por un fuerte golpe que necesitó la asistencia de los sanitarios. Pese a que este último altercado ha destapado la okupación de forma pública, los vecinos son testigos directos de esta problemática desde 2020. 

Inseguridad

Según la información a la que ha podido tener acceso este periódico, los moradores han llegado a ser vistos moviéndose por las azoteas de las viviendas colindantes y un residente de la calle contigua los llegó a pillar in fraganti mientras trataban de entrar en su hogar. Las edificaciones de la zona son todas muy similares, quitando de algunos edificios más altos, por lo que el acceso por las terrazas es relativamente sencillo.

"Percibimos que la situación se nos está yendo de las manos y la gente tiene miedo a las represalias"

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Los vecinos afirman que ya no pueden más «con esta inseguridad». «Percibimos que la situación se nos está yendo de las manos y la gente tiene miedo a las represalias», indican. En general, en este barrio reside bastante gente mayor y sola, aunque en los últimos tiempos son muchos los matrimonios jóvenes que se han animado a comprar un inmueble en la zona por la buena ubicación.

Los okupas han colocado tela y gomaespuma para recubrir el cristal que había en la puerta. Isabel Calpe

Es complicado entender cómo pueden mantener esta larga estancia de manera ilícita sin los servicios esenciales. No obstante, parece que de alguna forma tienen acceso a la red eléctrica, como se puede apreciar en la fotografía que ilustra esta noticia en la que se aprecia luz en una habitación.

La puerta de acceso está forzada y, donde debió haber un recubrimiento de cristal traslúcido, han colocado gomaespuma y telas para evitar estar a la vista. 

Más daños

Las molestias también han desembocado en más daños en la vía pública. De hecho, varios vehículos aparcados en el vial han registrado desperfectos y abolladuras, así como arañazos en diversas fachadas. Los residentes no saben hasta cuándo va a durar esta situación en la que, llegados a este punto, han visto de todo. La preocupación va en aumento con la llegada del verano y el traslado de muchas personas a las segundas residencias de la zona marítima. Esto conlleva menos acompañamiento vecinal durante la época estival y la sensación de más peligrosidad e indefensión. 

En contacto con las autoridades, pero sin soluciones

Los vecinos consultados explican que tanto el Ayuntamiento como Policía Local y Guardia Civil están enterados de la problemática. Pese al permanente contacto y buena disposición de las autoridades, matizan que «nos sentimos desamparados por la ley». Y es que el código civil registra como delito leve la okupación de una casa que no tiene moradores, como es en esta ocasión. Cabe recordar que el procedimiento es llamar a la policía, interponer denuncia y buscar defensa.  

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