Pocos puestos, pero buen ambiente. Esta es la conclusión general del regreso del mercado de los martes al centro de Burriana tras más de dos años trasladados al barrio de Novenes de Calatrava por las restricciones del covid. La primera jornada transcurrió con relativa normalidad pese a que los vendedores ambulantes echaron en falta a algunos clientes habituales y, por otro lado, los usuarios se toparon con la ausencia de diversas paradas de confianza. El sentir general fue de alegría por el reencuentro, a la espera de que semana a semana vaya afianzándose el nuevo recinto comercial.

Y es que una de las condiciones impuestas por el consistorio para la vuelta al barrio de la Merced ha sido la de instalar solo la mitad de las paradas del área de textil. De este modo, los 110 puestos se alternarán semanalmente para ocupar el entorno de la plaza de la Merced y la calle Sant Pere Pascual. Más espacio para la circulación de vehículos de emergencia en el caso de ser necesarios, pero en cambio menos metros para la colocación de los tinglados. Esta resultó la queja más repetida por los tenderos que vivieron la jornada de trabajo algo apretados.

Novedades

La zona de alimentación conserva su tradicional ubicación en el parking de la plaza José Iturbi, aunque lo más llamativo es la desaparición de puestos a lo largo de la calle Ausiàs March. De hecho, permanecerá abierta al tráfico y por ello colocaron un bloque de hormigón en el cruce de este vial con el final de la Tanda.

La concejala de Comercio y Mercados, Sara Molina, explicó que «esta medida forma parte del plan de actuación frente a emergencias, elaborado con las recomendaciones del Consorcio Provincial de Bomberos y Policía Local». Ahora, los técnicos municipales trabajan en la redacción de una nueva ordenanza que posibilite implantar el popular mercado por completo, resolución que se espera para dentro de meses.

Mientras tanto, las cafeterías y negocios de alrededor notaron ayer mucha mejoría en cuanto a afluencia. También en el mercado municipal que fueron los primeros en reivindicar enérgicamente que, con el retorno a la normalidad, volviera la actividad comercial semanal al barrio.