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Solo 85 coches por día

Normalidad en el primer fin de semana con restricción en Irta

Los usuarios se ven sorprendidos por la restricción, pero la consideran positiva

La restricción de vehículos a motor en el camino que conduce a las calas ha pillado por sorpresa a muchos veraneantes. Roca

Va a cumplirse la primera semana desde que entró en vigor la limitación impuesta por la Generalitat Valenciana que limita la entrada de vehículos a la Serra d’Irta. El balance es de normalidad pese a que son muchos los usuarios que se ven sorprendidos por la medida adoptada, no obstante, la consideran positiva para el entorno. 

Es el caso de Lourdes Jiménez, una mujer procedente de Madrid que llegó el viernes por la tarde para pasar 15 días de vacaciones en Las Fuentes, la zona norte de Alcossebre. La veraneante manifestó su asombro al llegar porque «llevo 17 años veraneando en Alcossebre, siempre he visitado las calas y nunca me había pasado esto, pero al menos es por una buena causa. Deme el teléfono y reservaré plaza mañana».

Como ella, el 95% de los interesados en acceder al camino que une por la costa a Alcossebre con Peñíscola tiene limitado el paso de vehículos a motor y solo están permitidos 85 por día. Otro asiduo a Alcossebre, José Manuel Lara venido de Soria, espetó que «no está nada mal la idea, pero nos pilla por sorpresa por lo que tendremos que buscar alternativa para hoy y mañana a ver si tenemos suerte y podemos reservar plaza». 

Plazas libres

Desde el lunes y hasta ayer sábado, no se llegaron a agotar las 85 plazas de parking que hay en el trayecto de los dos núcleos costeros, en sus diferentes calas. Ayer, por ejemplo, el número de reservas cerradas eran de 75. «Supongo que en esta segunda quincena y en todo agosto se agotarán porque se está notando un claro aumento de veraneantes», explicó uno de los encargados de controlar quiénes podían acceder y quiénes no. «La gente lo entiende y lo acepta, aunque siempre hay alguna excepción que se mosquea más que menos por no poder entrar», agregó.

Alcossebre tiene un tipo de turismo fiel, de los que lleva años y años veraneando, de ahí que ayer muchos se llevaron una gran sorpresa al ver las barreras bajadas y un control de acceso por un camino de tierras porque el que se había transitado toda la vida, sin ningún tipo de restricción. «La gente, eso sí, nos pide información y, en especial, el número de teléfono para llagar y hacer la reserva», agregó el controlador.  

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