Una de las problemáticas que se repiten verano tras verano en el litoral español es la presencia de manteros en la vía pública. Peñíscola lleva años intentando poner punto y final a la venta ilegal ambulante de productos falsificados en sus calles y paseos.
En lo que va de verano, la Policía Local del municipio ha conseguido decomisar más de 2.000 artículos y se han producido un total de tres detenciones. No es la primera vez que esto sucede, pues la violencia de los vendedores del top manta se ha saldado en Peñíscola, en temporadas anteriores, con varios ataques a agentes policiales y escenas de violencia.
El alcalde, Andrés Martínez, califica esta problemática de «fenómeno global, supramunicipal, que exige de soluciones globales desde las instituciones superiores», pues subraya: «Los ayuntamientos destinamos recursos, nuestros policías locales lo combaten con los instrumentos legales de los que disponemos, pero son claramente insuficientes».
Control de aduanas
Ante esta situación, Martínez se mantiene en su reivindicación de «incrementar el control en aduanas, endurecer la legislación para esta práctica ilícita, destinar más recursos de las fuerzas y cuerpos de seguridad a hacer frente a este fenómeno que supone un perjuicio económico importantísimo para nuestra economía, siendo una competencia desleal para nuestro comercio».
Además de las incautaciones efectuadas en el paseo marítimo, donde actuar es más complicado debido a la gran afluencia de visitantes y a la superioridad numérica de los vendedores irregulares ante los efectivos de Policía Local, la gran mayoría de decomisos se están produciendo en los accesos al municipio. De esta forma, los agentes pretenden evitar que los bultos que contienen los productos ilegales lleguen a la vía pública.
Estrategias policiales
Fuentes policiales aseguran que, gracias a estas actuaciones, han logrado requisar artículos como para llenar dos furgonetas grandes. «Estamos combinando la estrategia de control en los puntos de venta e interceptando en las vías de acceso a la localidad, de forma regular, la entrada de artículos que se destinarían a la venta», detallan a este rotativo.
El Ayuntamiento de Peñíscola lleva varios años promoviendo campañas para frenar este tipo de práctica ilegal. En palabras de su alcalde, «es una actividad alejada de la solidaridad, que no contribuye a sostener nuestro sistema social, no participa de la fiscalidad y está al margen totalmente de la legalidad vigente». «Si el Gobierno no se implica en materia de extranjería y en control de aduanas de mercancías fraudulentas, esto no va a acabar», concluye.