Con más de 2.500 usuarios activos, la piscina cubierta de la Vall d'Uixó, como es habitual, ha cerrado sus puertas en el mes de agosto en la parada técnica anual, momento que ha aprovechado el Ayuntamiento para invertir algo más de 40.000 euros para realizar diferentes trabajos de mejora de este complejo deportivo, que además de a título individual, también utilizan diferentes clubes de la ciudad.

La alcaldesa, Tania Baños, comenta sobre estas obras que son «importantes y necesarias para que la piscina esté en buenas condiciones y evitar problemas futuros». Y tras analizar los aspectos que necesitaban una intervención se ha decidido rejuntar el pavimento de las playas y el vaso de la piscina, proteger el formigón frente a la humedad, sustituir la válvula del fondo y los sumideros y renovar la instalación eléctrica de la sala de máquinas. De forma complementaria, el proyecto también incluye la sustitución de algunos elementos de las duchas y los vestuarios.

El concejal delegado de Emsevall —empresa pública de la cual depende la gestión de la piscina—, Jorge García, señala que se trata de «actuaciones que a simple vista no se ven, pero que sí que suponen una gran mejora de la seguridad para los usuarios y usuarias».

No es la primera inversión de este año realizada en las instalaciones. Como recuerdan Baños y García, a principios del 2022 se destinaron 18.000 euros a la reparación del techo y mejora de la eficiencia energética. Desde el consistorio destacan que estos recursos forman parte de «un plan de inversiones a largo plazo para garantizar el correcto mantenimiento de los espacios».