La aprobación de una subida de sueldo del alcalde de Vistabella, Jordi Alcón, ha generado una polémica política después de que el PP (que tiene un concejal en una corporación de siete ediles) denunciara ayer que ha «multiplicado por cinco su sueldo para cobrar 32.000 euros en plena crisis».

Alcón defiende que esta decisión, aprobada en el pleno hace dos meses, es consecuencia de la situación administrativa por la que atraviesa el Ayuntamiento, que se ha quedado sin la figura de secretario/interventor por la renuncia de quien desempeñaba estas funciones «y nadie hasta ahora ha querido cubrir esa plaza».

Con una administrativa asumiendo parte de esas tareas de forma accidental, el equipo de gobierno de Compromís valoró la necesidad de que alguien dedicara más tiempo a «realizar trabajo de gestión», según justifica el alcalde, y acordaron que sería él la persona más adecuada.

Pasa de una dedicación del 25% al 75% «aunque en realidad me dedico a tiempo completo», porque así lo requiere un pueblo como el suyo, argumenta.

En el PP inciden en que Vistabella tiene 299 habitantes, lo que supone que a cada uno de ellos les costará 100 euros al año mantener a su alcalde, quien remarca que no se ha enriquecido, pues ha dejado su trabajo para ocuparse en exclusiva al pueblo.