El Periódico Mediterráneo

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DOCUMENTO EMBLEMÁTICO DEL PUEBLO

Un testamento para la historia

La parroquia de Llucena encarga restaurar un manuscrito del siglo XV del Pare Jaume Català

Debido a su valor, se documentaron fotográficamente los dos manuscritos restaurados.

La parroquia de Llucena guarda celosamente el cuerpo incorrupto del Pare Jaume Català, que sirvió a esta comunidad cristiana a finales del siglo XV y que era oriundo de Atzeneta. Según su testamento, él mismo pidió ser enterrado en la iglesia a la que sirvió en sus últimos años. Recientemente, el párroco encargó la restauración del manuscrito escrito en 1499 en latín y valenciano, así como de la copia del mismo, a la empresa Trestaller, especializada en restauración de arte y documentos. 

Tras la delicada intervención, el pergamino se presentará oficialmente mañana lunes, al finalizar la misa de la fiesta de la Asunción de la Virgen, a la que asistirán las reinas, damas y la corporación municipal. Será una ocasión muy especial para la localidad ya que se trata de una figura muy estimada por el pueblo como se desprende de las actas de visitas pastorales de diversos obispos, en las que se hace mención de su persona como padre y venerable. Como curiosidad, su sepultura estaba cerrada con tres llaves; una la guardaba el alcalde, otra el cura y una tercera, el propio obispo.

Minucioso proceso  

La intervención se ha llevado a cabo en el pergamino manuscrito original y en el duplicado realizado en soporte de papel con tintas metaloácidas del año 1777. Antes de iniciar los trabajos se realizó una documentación fotográfica completa de las dos obras, para tener testimonio de las diferentes fases del trabajo y de las pruebas de solubilidad pertinentes que se pudieran aplicar sin dañar los materiales de la propia obra.

En cuanto a la copia del testamento, se limpió superficialmente con brochas finas y aspiración. El siguiente paso fue el desmontaje del cuadernillo para poder realizar un baño hidroalcohólico, que eliminó las manchas de humedad y microorganismos. A continuación, se reintegraron los faltantes de algunas hojas de forma manual, mediante incorporación de pasta de pulpa y seguidamente se laminaron todas las hojas con papel japonés extrafino, para evitar que la oxidación de las tintas provoque la pérdida del texto. 

Para finalizar, se volvió a coser simulando la costura original y se elaboró una carpeta de conservación de papel barrera y Mylar para su correcta preservación. Debido a la diferente naturaleza del pergamino, se trató de forma desigual utilizándose gomas de distinta dureza y aspiración. También se eliminaron de forma mecánica las deyecciones de insectos.

Y una vez eliminada la suciedad se hizo un tratamiento de tensado para eliminar las deformaciones más marcadas. Además, se consolidaron las tintas con atomizador de vapor, un aparato que aplica al adhesivo de una forma muy respetuosa con la obra. Y, por último, como en el caso anterior se elaboró un sistema de mantenimiento que en este caso es una carpeta con ventana de paspartú con cartones de conservación. 

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