Llucena vivió ayer su última jornada festiva con la celebración del día grande en honor a la Asunción de la Virgen, titular de la parroquia. Los actos comenzaron a las 6.00 horas, con el tradicional Rosario de la Aurora, por las principales calles de la población. A media mañana se ofició una misa, con la asistencia de las reinas y las damas y la corporación municipal. El alcalde, David Monferrer, excuso su presencia al estar como jefe del parque de bomberos voluntarios de l’Alcalatén, en el incendio forestal de les Useres.

Una eucaristía en la que se aprovechó para bendecir la reforma del altar de San Vicente Ferrer, con la entronización de las imágenes de San Isidro Labrador y la Virgen de Loreto. Después, se presentó la restauración del pergamino del Pare Català (1499) y la copia del mismo (1.777) en la cripta del museo parroquial, que han sufragado los padres de los niños de Primera Comunión y la comisión, los clavarios del Rollo. Posteriormente, también se repartieron cocs amb ametla i anous y moscatel en el marco del Día del Turista.

La prueba de dos astados cerriles centró la tarde del día grande de los festejos en Llucena.

Ya por la tarde, los actos taurinos centraron la programación, con vaquillas de Benavent y dos toros cerriles de las ganaderías sevillanas de Astolfi y Guadaria.