Los primeros bañistas accedían a la playa del Arenal, en Burriana. Eran aproximadamente las ocho y media de la mañana y los 'playeros' más madrugadores se encontraron con una maltrecha ave en la orilla. En este caso no era uno de esos flotadores de un ave a tamaño real tan de moda; no, era un flamenco 'real'. Y maltrecho.

Tras el aviso a la Policía Local de Burriana, esta no dudó en contactar con uno de los mayores especialistas en aves del municipio para hacerse cargo del animal hasta que los agentes del Seprona pudieran hacerse cargo. Y hasta allí fue Salva Chabrera, conocido por ser el encargado de mantener el césped y el entorno del Estadio de la Cerámica 'libre' de palomas, lo que consigue con sus águilas 'Moby-Dick' y 'Groguet' y con su búho hembra 'Paz'.

Salva se encontró "un ejemplar de polluelo de flamenco, de apenas un año, muy débil y mareado". El incendio forestal que afecta al Alto Palancia, muy seguramente, ha tenido que ver con la confusión de este ave que se disponía, junto a su bandada, a buscar un nuevo 'hogar', posiblemente en Doñana o L'Albufera.

Salva Chabrera, con el flamenco rescatado y recuperado por él mismo en Burriana

"Habrían tenido la mala suerte de cruzarse con la columna de humo del incendio y eso habrá provocado que algunos ejemplares se hayan mareado y, por consiguiente, se hayan desorientado", explica Salva Chabrera, que posee un núcleo zoológico en Burriana donde trasladó a este pequeño flamenco tras recogerlo de la playa.

El flamenco, en la playa

Y allí, felizmente, el 'flamenquito', como se suele decir, ha vuelto a la vida. "Le hemos puesto agua y comida, además de unas pequeñas gambitas que hay por la zona y que yo mismo he ido a pescar" y que podemos ver en la imagen inferior.

Las gambas pescadas expresamente por Salva para alimentar al flamenco rescatado

Tan bien le ha ido el tratamiento de Salva que el flamenco ya está, según el experto, "perfecto" para levantar de nuevo el vuelo, "con fuerzas". Pero ese momento tendrá que esperar. En las próximas horas Salva espera que los agentes del Seprona recojan de su zoológico al flamenco para trasladarlo a un Centro de Recuperación. Y de ahí, reintegrarlo a otra banda de flamencos para que continúe su viaje en compañía y de forma segura.