A mediados de los setenta, todavía en plena dictadura, dos jóvenes compañeros de trabajo que compartían quehaceres en la fábrica Pinosa de l’Alcora tuvieron la idea de emprender y montar un negocio por su cuenta. Anselmo Cortés, de 17 años, era entonces el presidente de la asociación de jóvenes de Vall d’Alba y, al ver los problemas que tenían para organizar bailes por las noches, le propuso a Juan Navarro, de 22, que ya era un «manitas», abrir un local de ocio nocturno.

Así nació la Susan 2, a la que decidieron bautizar de esa forma al ser la suma de las últimas letras del nombre de cada uno (Jesús Anselmo, sus; Juan, an) y el número porque eran dos socios. Fue el inicio de una larga y exitosa aventura empresarial que duró nada más y nada menos que 25 años.

La primera Susan 2 abrió sus puertas en Vall d'Alba en 1976 (la muerte de Franco les pilló en plena obra, cuentan como anécdota) y estaba situada en la antigua calle Movimiento Nacional, ahora calle Mayor, en el local que actualmente es la peña barcelonista de la localidad.

Así han cambiado Juan Navarro (i) y Anselmo Cortés con el paso de los años. David Donaire

El inmediato éxito que tuvo ese recinto inicial, de unos 200 m², animó a los dueños a buscar otro lugar con el que ampliar las instalaciones y, «no sin esfuerzo», compraron unos terrenos a las afueras, en los que alzarían un edificio con tres plantas y más de 600 m².

Esfuerzo por encontrar una parcela y también por la gran inversión que requería poner en marcha un macroproyecto de tanta envergadura. «Teníamos el pasaporte preparado por si la cosa iba mal y teníamos que salir corriendo por patas, fue un riesgo muy grande», recuerda Anselmo entre risas.

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Nostalgia a flor de piel con estas fotos de la mítica Susan 2 David Donaire

Pub y salón de bodas

La mudanza completa al nuevo local se produciría en 1983, aunque un año antes inauguraron ya el pub en la primera planta, que contaba con bolera y una sala con una pantalla enorme para la época, en la que asistentes de todas partes de Castellón y provincias limítrofes pudieron ver el Mundial de España '82.

El pub de la nueva Susan contaba con hasta una bolera. Mediterráneo

Cuatro años después, en 1987, abrieron el salón de bodas, con un restaurante pensado para banquetes en el último nivel del edificio. «Muchas parejas se conocieron en la discoteca y se casaron se casaron allí, donde en vez del típico organista, tenían a su disposición toda una pista», recalca Navarro.

Su buena ubicación estratégica --no relativamente lejos de Castelló y cerca de muchos pueblos de la comarca-- hizo que Susan 2 se llenara viernes, sábados y domingos. «Aunque no solo venía gente de la provincia, acudían de Teruel e incluso del sur de Cataluña», recuerdan sus responsables.

Sorteos de coches y lingotes de plata

Un aspecto que gustaba mucho a la gente y que siempre ha caracterizado a la Susan es la gran variedad de sorteos que organizaban. Desde rifar un coche --algo del todo pionero para aquella época--, regalar motos durante cada fin de semana de un mes, dar un millón de pesetas, repartir lingotes de plata de un kilo o concursos como Gana tu peso en pesetas, haciendo pesar en una báscula a los clientes.

Una de las ganadoras que se llevó una moto gracias a los frecuentes sorteos que hacían en la Susan. Mediterráneo

Pero con el paso de los años vieron que los sábados habían empezado a perder algo de clientela e innovaron la fórmula. Así, si bien los domingos seguía siendo Susan 2, a partir de 1993 la disco empezó a llamarse los sábados Arsennal, en la que ofrecían música más electrónica, acorde al boom de la ruta del bakalao. «Ocupaban el mismo local, pero eran dos conceptos distintos, con música, deejays y gente diferente. El sábado era más makina y el domingo, cantaditas», señalan.

Bolos de famosos

La popularidad de la discoteca provocó que un buen puñado de famosos se dejara ver por sus pistas. Por allí desfilaron rostros televisivos conocidos de la época como La Veneno, Chiquito de la Calzada, Flo o pinchadiscos en el olimpo entonces como Chimo Bayo.

La Veneno fue una de las muchas invitadas a la discoteca. Mediterráneo

Prueba del éxito que recuperaron los sábados es que en una fiesta de aniversario de Arsennal llegaron a entrar 4.000 personas, con un récord de participación nunca antes vistos por las múltiples procedencias de los asistentes. «Vinieron al local personas de 174 pueblos diferentes, una auténtica locura», remarcan.

Venta de la discoteca al gerente de Lassel y Pirámide

Pero la noche, tras casi tres décadas dedicándose a ella en cuerpo y alma, quema y en el 2000, Anselmo, que tenía entonces la mayoría de las acciones, vendió el local al que había sido su principal competidor en el mundo del ocio nocturno, José Luis Selma, que regentaba Lassel y el fenómeno Pirámide estaba a punto de estallar a escasos kilómetros de allí, en Cabanes. «Está claro que compró la Susan para cerrarla y así no tener competencia, pero no me arrepiento. Si no llega a interesarse él, hubiera sido imposible venderla», reconoce Cortés.

Imagen del ‘boom’ de la discoteca cuando alternaba entre Arsennal y Susan 2 (arriba) y estado actual de la fachada, donde aún permanecen los elementos decorativos de The Planet. David Donaire

Pese a la rivalidad que han mantenido tantos años por ver quién se llevaba la clientela, los dos dicen que la relación siempre ha sido buena entre ellos. "La gente siempre decía que nos llevábamos mal, pero nada más lejos de la realidad", cuenta el dueño de la Susan, una versión que suscribe Selma, que en la entrevista que concedió a Mediterráneo para hablar de Pirámide, apuntaba que, "pese a la guerra profesional, siempre mantendrán una bonita amistad".

Para marcar la diferencia respecto a sus predecesores, el exgerente de Lassel cambiaría el nombre del local de Susan 2 a The Planet, que solo estuvo abierto un año, hasta el 2001, aunque los elementos de decoración aún sigue en la fachada hoy en día.