Dos semanas después de que una serie de manchas apareciesen de forma repentina en numerosas playas de Castellón, la Dirección General del Agua ha dado a conocer este martes las conclusiones del informe que realizó tras obtener muestras en Peñíscola, uno de los municipios que se vio afectado por esta problemática, que también se extendió a Alcossebre, Torreblanca, Orpesa, Benicàssim o Almassora.

El estudio de este organismo dependiente de la Conselleria de Emergencia Climática y Transición Ecológica confirma lo que se intuía desde un primer momento. Y es que después de comprobar que no se había producido ningún problema en las depuradoras ni que se había registrado ningún vertido, las analíticas han detectado la presencia de cianofíceas o algas verde- azuladas. Se trata de organismos microscópicos que pueden vivir solos o en colonias filamentosas, tanto en agua dulce como salada.

Otra hipótesis que se barruntaba el pasado 14 de septiembre, día en el que las manchas se vieron con especial intensidad, es que pudiera deberse a contaminación fecal, pero los resultados del análisis "han obtenido valores que están por debajo de los valores guías de la normativa de aguas de baño" en este aspecto, por lo que el organismo descarta que la mancha tenga este origen.

"Degradación de materia orgánica"

Por ello, a la vista de los resultados obtenidos y de la información disponible, desde la Dirección General del Agua concluyen que "estos regueros y manchas de espumas o mucilagos observados parecen derivar de procesos naturales de degradación de la materia orgánica".

La entidad autonómica explica que son fenómenos que "ocurren con frecuencia en la costa", normalmente en áreas más confinadas, y su desarrollo depende de factores como "la temperatura, aportaciones de materia orgánica desde tierra o el estado del mar".

Puedes leer las conclusiones del informe pinchando en este enlace.