El Periódico Mediterráneo

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Declara como testigo en el Juzgado de Instrucción número 2 de Castelló

El veterinario que avaló la zona del Desert de les Palmes para los burros defiende el proyecto ante el juez

Explica que el paraje de les Santes, en Cabanes, era un sitio con potencial para soltar a los asnos y recuerda que este tipo de animales está acostumbrado a comer directamente del campo

El ganadero y propietario de los burros, Juan Librán, junto a los animales que sobrevivieron al proyecto, en su finca ubicada en el Grau de Castelló. Manolo Nebot

Cuando se cumple prácticamente un año de la retirada del polémico proyecto piloto de los burros del Desert de les Palmes, destapada por Mediterráneo y en el que murieron entre 8 y 10 de los 50 animales que participaron, el caso está judicializado y se suceden las declaraciones de los testigos durante la fase de instrucción.

La última comparecencia en sede judicial fue este martes la del veterinario que dio el visto bueno a que el paraje de les Santes, en Cabanes, reunía las condiciones mínimas necesarias para poder acoger a la manada de asnos. El proyecto, que se puso en marcha en agosto del año pasado, pretendía limpiar este entorno para prevenir incendios a través del pasto de los animales.

Aunque tras testificar en el Juzgado de Instrucción número 2 de Castelló no quiso realizar declaraciones a los medios de comunicación allí presentes, este periódico pudo contactar con el veterinario horas después, quien elogia las características de este proyecto y defiende la labor realizada por el director del Desert de les Palmes, Toni García, que de momento es el único investigado por las muertes de los burros.

El veterinario cuenta que fue el propio director del parque natural el que, a través de un conocido suyo, contactó con él meses antes del inicio del programa para que examinara el terreno en cuestión adonde el propietario de los burros, Juan Librán, iba a trasladar a sus animales. «El paraje de les Santes tenía zonas densas con hierba y ofrecía muchas hectáreas para que los burros pudieran pastar allí», confiesa, por lo que subraya el potencial que tenía el lugar.

"Buena predisposición"

También destaca «la buena predisposición» de Toni García para que el proyecto saliera adelante satisfactoriamente y alaba el hecho de que dejara al pastor que sus burros pastaran allí «totalmente gratis». «Sobre el papel, el proyecto tal como estaba concebido era una muy buena idea», reitera.

El especialista en medicina animal recalca que estos burros son «animales que están acostumbrados a comer directamente del campo», como solían hacer antes de ir al Desert en la finca de su propietario, ubicada en la Marjal del Grau de Castelló, por lo que considera que no hace falta que se les proporcione de forma específica pienso para alimentarlos en su día a día en condiciones habituales.

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La nueva vida de los burros del Desert de les Palmes, en imágenes Manolo Nebot

Asesoramiento

Preguntado por la muerte de los burros o si los animales necesitaban un suplemento extra de comida, asegura que «desconozco cómo se gestionó» el proyecto. Más allá de asesorar en la fase inicial de la iniciativa, el veterinario relata que ayudó a «legalizar a los burros» del ganadero, ya que «muchos no estaban documentados».

Y añade que, cuando empezaron a detectar la muerte de los primeros animales, el director del parque natural le pidió consejo para ver cómo debía actuar. Como respuesta, le recomendó obtener «muestras directas» de órganos de los asnos que habían fallecido y que los enviara a la Facultad de Veterinaria para que realizaran una «necropsia».

Versión del director del parque natural

El propio director-conservador del Desert de les Palmes (al que la consellera de Agricultura y Desarrollo Rural, Mireia Mollà, responsabiliza desde el primer momento de la muerte de los burros y lo ha tachado en más de una ocasión de «negligente», tanto a él como al ganadero) insiste en un escrito que envió a los medios, como ya hizo en su declaración ante el juez en julio, que hubo «boicot» y «sabotaje» por parte de «personas ajenas al proyecto».

Critica a la Conselleria por mantener «una actitud ocultista» y rebate la versión de Mollà. «Aunque la consellera proclamó que esta prueba piloto de ganadería extensiva no era un proyecto de la Conselleria, lo autorizó el director general de Medio Natural (que dimitió a raíz de los hechos), se publicitó en la web de la propia Conselleria y los 1.266 euros que costó el pastor eléctrico se pagaron con dinero público», remarca. 

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