La alcaldesa de Bejís, María José Madrid, considera que la primera estimación de los daños que dejó el grave incendio originado en agosto en la localidad, que la Subdelegación del Gobierno cuantificó en unos 650.000 euros a partir de las valoraciones remitidas por los municipios afectados y que solo tienen en cuenta por ahora las infraestructuras o bienes municipales y la red viaria, es «ridícula». 

«No sé de dónde ha salido la cifra, a nosotros al menos no nos ha llegado esa valoración. Hemos entregado ya la memoria y no hay una estimación económica real todavía, pero por la cantidad de hectáreas quemadas (cerca de 20.000), a poco que valoren cada una...», expone la primera edila en una entrevista en La Panderola, el magacín estrella de Medi TV, la televisión de Mediterráneo.

Tras el «infierno» que sufrieron en sus carnes los habitantes, los damnificados ya realizan la evaluación de sus parcelas para valorar los destrozos particulares del siniestro. «El 99% de vecinos tienen terrenos afectados, ya que se nos ha quemado un 98% del término, solo se han salvado los núcleos de población y dos pequeños puntitos verdes», expone Madrid.

Tras esa valoración individual, los propietarios de las fincas podrán empezar a cortar sus árboles o hacer lo que consideren, porque «lo que es la producción, los campos tardarán al menos cuatro años» en volver a ser fértiles, augura.

El bosque estaba "descuidado"

La alcaldesa reconoce que la zona forestal estaba «descuidada» antes del incendio, puesto que es «muy difícil de mantener». «Nosotros limpiamos los caminos y los accesos, pero la parte de monte es muy complicada», recalca. Por ello, pide hacer una reflexión sobre cómo cuidar los bosques. «Tú no puedes ir con una desbrozadora y dejarlo todo como si fuera un jardín, porque las zonas son escarpadas y hay picos de montaña y vallas donde no puedes ir a pie. Por tanto, habrá que replantearse cómo tenerlos limpios», argumenta Madrid.

Entre las posibles propuestas, plantea fomentar la ganadería selectiva, controlar las poblaciones de pinos para que no estén amontonados uno al lado del otro o habilitar más sendas para que haya zonas por las que pueda pasar un camión o un tractor. Aun así, lamenta que no es fácil: «Al igual que la gente abandona los cultivos, mucha hace lo mismo en el monte, porque es más costoso mantenerlo que la producción que le sacas al obtener madera».