En menos de un año, los citricultores de la Vall d’Uixó han recibido dos anuncios importantes por lo que respecta a la recepción de inversiones para la modernización de infraestructuras de riego. Si en enero el Ministerio de Agricultura a través de la Seiasa firmaba un convenio con la Comunitat de Regants por más de 2,9 de euros, ayer fue la Generalitat la administración que explicó a los beneficiarios en qué consistirá el proyecto, ya en ejecución, que permitirá regar más de 3.000 hectáreas de cítricos usando energía fotovoltaica, con una aportación superior al millón de euros.

Para dar a conocer esa apuesta autonómica, el municipio recibió la visita del director general de Agricultura, Antonio Quintana, quien remarcó que los agricultores de la Vall van a beneficiarse de forma directa por esta inversión «principalmente por la reducción de costes que implican el uso de energía fotovoltaica».

El proyecto responde a una problemática particular de las sociedades de riego de este término municipal. Las partes bajas tienen agua de mala calidad y las partes altas, que tienen pozos que compensan ese inconveniente, están a tal profundidad que extraerla es muy costoso desde un punto de vista energético. De hecho, el presidente de la sociedad de riego Pla de Pinar --una de las dos beneficiarias-- aseguró que mientras que en el 2021 pagaron 40.000 euros de luz, «en lo que llevamos de año ya hemos pagado 130.000 y todavía faltan dos meses». La instalación de placas solares ayudará a compensar esa sangría económica que ha llevado a los regantes a asumir el 30% de la inversión (unos 330.000 euros), «porque tenemos que luchar para subsistir».

1.700 tonelades de emisiones de CO2

Las placas solares --más de 1.000 según detalle la Conselleria de Agricultura-- se van a instalar sobre terrenos cedidos por las sociedades de riegos de Pla de Pinar y Cerverola. Estiman que al recurrir a la energía solar se reducirán en 1.700 toneladas anuales las emisiones de CO2.

Para el director general Antonio Quintana, esta inversión responde a la necesidad de dar respaldo a los citricultores y abaratar los costes de producción, pero también es relevante por «la apuesta firme por un modelo basado en energías limpias» por parte del Consell.

El concejal de Agricultura, Fernando Daròs, calificó de «importantísima» la inversión porque, a la larga, beneficiará a todas las sociedades de riego del municipio. Por su parte, la alcaldesa, Tania Baños, agradeció que la Generalitat vuelva a invertir en la Vall, en este caso con un 70% del presupuesto total, porque da respaldo a unos agricultores que «ya venían de hacer frente a costes altos para extraer el agua, que ahora se ha visto agrabado por el proceso de inflación». A su vez, defendió que recurrir a las energías verdes van en la línea «del relato municipal», como se plasmó en el plan de incentivos fiscales aprobados por el pleno, con bonificaciones sobre el IBI para participares y empresas que instalen placas solares para ahorrar energía.