Ya de buena mañana, en Mascarell ya se podía intuir lo que iba a pasar en las horas siguientes. Un goteo incesante de gente, dentro y fuera del recinto amurallado, ha devuelto a este pueblo y a sus vecinos a sus mejores días, los vividos antes del lapsus obligado de la pandemia, haciendo posible una Feria Medieval multitudinaria en un escenario inimitable que hace de este un evento de difícil comparación con otros similares.

Los puestos de venta y exhibición repartidos entre los accesos y en sus principales calles intramuros atraían las miradas de miles de personas que salvo por los aparcamientos repartidos por las inmediaciones y por la infinidad de teléfonos móviles con los que los visitantes inmortalizan recuerdos, diríase que Mascarell ha viajado de facto a su origen, a otro tiempo alejado de la edad moderna, con animales compartiendo espacio con humanos, caballeros, juglares, bufones, artesanos...

Vuelta al pasado

De hecho, los olores y los colores contribuían a convencerse de que este fin de semana, en Mascarell, no hay atrezzo sino una imagen muy real de cómo habría sido este singular pueblo hace 8 siglos. Y el buen tiempo, con un ligero descenso de las temperaturas, han adornado un día en el que la llegada de visitantes se contó por miles, tanto por la mañana, como por la tarde, para satisfacción de los mascarelleros y del Ayuntamiento de Nules, que ha visto que los esfuerzos organizativos están teniendo compensación.

De la programación de hoy, el concejal de Mascarell, Guillermo Latorre, ha querido destacar el concierto de la Orquesta Laudística Daniel Fortea en la iglesia, el noveno. Y también en clave musical, invita a quien se acerque al pueblo este domingo a asistir al concierto que se realizará este mediodía sobre El llibre vermell de Montserrat, dentro de la campaña de promoción L’Orgue de Tots, para capar fondos para recuperar el órgano de la iglesia parroquial de San Bartolomé

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Mascarell recupera sus mejores momentos con la XV Feria Medieval Mònica Mira