Almassora ha abierto este fin de semana la Fira de Sant Andreu, el mercado medieval que cada mes de noviembre toma las calles del casco antiguo. La corporación municipal inauguró la muestra en la noche del viernes con un recorrido por el entramado histórico. La reina de las fiestas, María Gonell, y las damas, Alba Pesudo y Nerea Montanos, ataviadas con indumentaria tradicional, también participaron en el desfile.
El casco antiguo es el escenario durante todo el fin de semana de las 40 actividades programadas y de hasta 65 puestos de venta distribuidos por el núcleo histórico. A las habituales paradas de comestibles, se suman también textil, piezas de decoración, artesanía con cáñamo, velas y artículos de joyería, entre otros. Las asociaciones locales disponen también de sus propias casetas para recaudar fondos.
El retorno de 'Almassora Vi' y de la Feria de ONG
Coincidiendo con la Feria de Sant Andreu, tiene lugar en el Raval de la Trinitat la Feria de ONG, otro espacio que reúne a la plataforma solidaria de Almassora. Por su parte, la corporación municipal ha recorrido esta mañana los expositores situados entre el cruce con la calle Santa Quitèria y la entrada a la calle San Joaquín.
En el casco antiguo, donde desde anoche conviven juglares con artesanos de oficios ya casi desaparecidos y la cetrecería, los puestos destinados a los más pequeños forman una pequeña feria en la plaza Mayor. También la taberna para reponer fuerzas es uno de los espacios más visitados de esta muestra de Sant Andreu, la primera sin medidas contra el coronavirus.
Este hecho ha permitido recuperar también Almassora Vi, la feria del vino organizada por el local DiVino y que cuenta con la colaboración del consistorio para establecer los puestos en el cruce de la calle Mayor con San Blas. Durante toda la jornada se sirven tres vinos, junto al obsequio de la copa de cristal, por 7 euros.
«Con la Feria de Sant Andreu, las ONG y el vino completamos una oferta de ocio para un fin de semana en el que no es necesario salir de Almassora para divertirse», según el concejal de Cultura, Javier Mollá.
