Peñíscola vibró este sábado con el día grande de sus fiestas de invierno. Tras iniciar los actos el viernes, la localidad vivió la jornada tradicionalmente más multitudinaria de estos festejos, que están concebidos para que los vecinos que no pudieron disfrutar de las fiestas patronales en septiembre por estar trabajando (al caer en temporada alta para la hostelería, muchos apenas tienen tiempo de ocio entonces) se saquen ahora la espinita y se lo pasen en grande.

Los residentes en la Ciudad en el Mar comieron en hermandad en el clásico Día de las Paellas. En primer lugar, la actividad se concentró en la plaza de Bous, donde centenares de vecinos se reunieron para elaborar sus propias paellas al aire libre, a los pies del casco antiguo, y degustaron el suculento arroz en hermandad.

Después de comer, la fiesta se trasladó a la plaza Santa María, donde tuvo lugar la actuación de Azúcar Moreno, en la que las hermanas Salazar animaron a bailar a más de uno con sus canciones.

Este domingo acabarán las fiestas con una fideuà popular. Cada ración costará 2 euros, importe que irá para la asociación local contra el cáncer. Después, será la chocolatada y el encierro infantil.