Participación masiva en el día de Sant Sebastià en la Vilavella

Después de una fría y larga noche velando la imagen del patrón en casa del clavario del 2023 (el concejal del equipo de gobierno, Abelardo Zaragoza), a los devotos de Sant Sebastià les sobraban energías y ganas de cumplir con tradiciones ancestrales que conforman las raíces de la Vilavella. Y si el Cant de l’Aurora fue muy participativo, más lo fue la romería hasta la ermita.

Ya lo vaticinó el alcalde, Sebastià Roglà, en la víspera. En enero del 2020 no pudieron completar el empinado recorrido al tener que suspender la pujada de la reliquia por la lluvia. Dos meses después llegó la pandemia y estos actos multitudinarios, como en tantas y tantos municipios, no pudieron celebrarse.

La relevancia del momento se pudo sentir en las calles, en las que el viento y el frío dieron una pequeña tregua para que los vilavelleros pudieran vivir la jornada con la intensidad esperada. De hecho, fue el comentario dominante entre los asistentes («qué buen día ha hecho», decían) para venerar a Sant Sebastià como esperaban.

Más gélidas fueron las temperaturas por la tarde, cuando los vínculos emocionales de los vecinos del pueblo volvieron a exhibirse con la procesión que estuvo presidida por la corporación municipal y acompañada por la colla dels Dolçainers de l’Horta y la AMA Santa Cecília, que amenizaron el desfile con su música.

Fin de semana intenso

A la Vilavella le quedan dos días por delante muy intensos. La feria acaparará gran parte del protagonismo durante las jornadas del sábado y el domingo, pero de buen seguro, los vecinos harán una pausa para asistir a un acto en el que se hablará de ellos, en concreto, de sus apodos. Salvem els malnoms es el título del libro realizado por el alcalde, profesor y escritor, Sebastià Roglà, con la colaboración de Joaquín Ferrandis. Han recopilado más de 300 apodos locales.