LAS OBRAS ESTÁN PARALIZADAS A LA ESPERA DEL VISTO BUENO DE LA CONFEDERACIÓN

La Vall se ve obligada a modificar el trazado del puente industrial

Consensúan con los técnicos de la CHJ el viraje de la infraestructura y solo faltará la autorización

Las obras de construcción del puente industrial deberán esperar a que la CHJ autorice la solicitud de modificación.

Las obras de construcción del puente industrial deberán esperar a que la CHJ autorice la solicitud de modificación. / Mònica Mira

Las obras de construcción del puente industrial de la Vall d’Uixó están paralizadas por dos circunstancias inesperadas que han obligado al Ayuntamiento a modificar sus planes. Más concretamente, el trazado de la conexión entre los polígonos Mezquita y Belcaire, que sufrirá un «viraje» para salvar dos obstáculos físicos con los que se ha encontrado la empresa al empezar a realizar las excavaciones de las primeras fases del proyecto.

La alcaldesa, Tania Baños, detalla que de uno de los inconvenientes ya se tenía constancia. «Sabíamos que había una tubería de gas, pero ahora nos informan de que se trata de una instalación muy específica cuya retirada solo pueden realizarla equipos especializados. Solo hay dos para toda España y no nos aseguran que puedan empezar antes de seis meses», dice.

El otro estorbo ha sido una de esas sorpresas que a veces entorpecen las obras de esta envergadura. «Cuando la constructora empezó, dio con una zona rocosa de una dureza considerable que imposibilita la colocación de los pilares del puente», explica la munícipe. Tras analizar las posibilidades, iniciaron contactos con los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) porque no había más alternativa que modificar el trazado de la infraestructura.

Cambio "mínimo"

Baños asegura que el mencionado viraje «no altera sustancialmente» el proyecto que aprobaron. La nueva solución técnica ha sido consensuada, la documentación está preparada y han trasladado la solicitud de modificación. A partir de ahí, la alcaldesa confía en que la entidad estatal, como en las tramitaciones previas, «será sensible» con la importancia de este proyecto para la Vall, y que demorará «lo mínimo» la autorización. Sin esta, las obras no pueden continuar.

Cuando el Ayuntamiento comenzó a planificar el puente, antes incluso de saber si contaban con presupuesto para su ejecución (aunque existía un compromiso del president Ximo Puig del 2019 sobre su intención de hacerlo posible), ya avanzaron trámites burocráticos indispensables. Por un lado, obtuvieron el visto bueno del Ministerio de Transportes para eliminar una rotonda que encarecía innecesariamente la intervención. Y por otro, gestionaron ante la CHJ las autorizaciones y cuestiones técnicas como las dimensiones del gálibo (hueco del puente), lo que agilizó la tramitación. Baños espera contar con la complicidad de la confederación para salvar esta traba fortuita. 

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Este contratiempo relacionado con la construcción del puente industrial no ha sido el único al que ha tenido que hacer frente el Ayuntamiento. El primero se puso sobre la mesa con la licitación de las obras. Ninguna empresa presentó una oferta para quedarse con una inversión que rondaba entonces el millón y medio de euros.

La filosofía que ha defendido el equipo de gobierno y ha pautado las decisiones que se han tomado sobre esta infraestructura es que los retrasos sustanciales deben evitarse. La alcaldesa siempre ha insistido en que «la Vall no puede esperar más», porque el puente es esencial para poder ampliar el suelo industrial en la ciudad.

Los sobrecostes de las materias primas y la inflación obligaron a repensar la financiación. La Generalitat sigue haciéndose cargo del grueso de la obra, y el Ayuntamiento asumirá el encarecimiento a través de las ayudas del Ivace.

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