Cinema Paradiso en Castellón: El cine en el que se detuvo el tiempo en 1975

Sant Joan de Moró cuenta con una céntrica y coqueta sala que permanece intacta desde que bajó la persiana definitivamente hace casi cinco décadas

La sala de Sant Joan de Moró tenía capacidad para unos 200 espectadores y el proyector todavía conserva los restos de las últimas películas emitidas.

La sala de Sant Joan de Moró tenía capacidad para unos 200 espectadores y el proyector todavía conserva los restos de las últimas películas emitidas. / GABRIEL UTIEL BLANCO

Son muchos los cines repartidos por Castellón que han cerrado sus puertas. La gran mayoría de ellos se han reconvertido en distintos comercios o zonas residenciales, pero al menos existe uno que sigue tal cual se dejó en 1975. Se encuentra en pleno centro de Sant Joan de Moró y entrar en él es lo más parecido a sumergirte en un túnel del tiempo. Al igual que Giuseppe Tornatore retrató su amor al séptimo arte en Cinema Paradiso, en el Cine Herrero no es difícil rememorar los tiempos en los que el principal pasatiempo de los pueblos era el de disfrutar de las películas que llevaban a los espectadores a otros mundos y a otras épocas.

José Pallarés Puchol, nieto del fundador del Cine Herrero –conocido como Cine Puchol-, es el encargado de abrir las puertas del coqueto edificio, que está en venta sin mucho éxito desde tiempos inmemoriales. “Quien lo quiera, suyo es, pero es complicado venderlo por sus características. Lo ideal sería reconvertirlo en un teatro o auditorio”, admite. Solo poner un pie en el cine llama la atención su estado de conservación. La taquilla parece dispuesta para vender las entradas de los últimos estrenos; la barra, preparada para servir palomitas y refrescos –“en la época lo que más se vendía era Mirinda, la Fanta de naranja de hoy”-; y sobre todo sorprende el proyector, que conserva incluso los restos de los últimos rollos de película visionados: “Los traían en el autobús de línea y antes de emitirlos, en los primeros años el cura revisaba la cinta para comprobar que todo lo que salía se podía ver”.

Para recordar los años boyantes de los cines de Castellón, y del Cine Herrero –llamado así por el oficio de su fundador-, José Pallarés evoca estampas y sensaciones: “En 1954 a mi abuelo se le ocurrió hacer un cine para que la juventud no tuviera la necesidad de salir del pueblo para divertirse. En un primer momento lo fundó en un edificio que está al lado y cuatro años después, al ver que hubo buena respuesta, ya lo abrió donde está ahora. Entonces Sant Joan de Moró era poco más que una aldea que no llegaba a mil habitantes”. Prosigue con su alegato el nieto del fundador de la siguiente forma: “Cabrían más de 200 personas y como no estaba muy acondicionado recuerdo a mis abuelos poniendo estufas, vendiendo entradas y sirviendo en la barra. Mi tío y mi madre les ayudaban. Era un negocio familiar, si se puede llamar negocio porque nunca fue demasiado rentable. Cuando se iba la gente tocaba limpiar. Me acuerdo la cantidad de basura que se formaba porque entonces se comía, fumaba, bebía…”.

En los aproximadamente 20 años que permaneció abierto el Cine Herrero “se proyectó de todo; películas de la época, del oeste, Marisol, Manolo Escobar, todos los estrenos”. También se empleó el edificio “para presentar las fiestas del pueblo. Montaban un escenario y ahí subían las damas y la reina. Me acuerdo perfectamente”. José no tiene constancia exacta de la fecha definitiva del cierre, pero sí entiende que fue “sobre 1975. Quizá se empleó ocasionalmente hasta finales de los 70, pero no más”.

Francisco Pallarés, vecino de Sant Joan de Moró de 63 años recuerda los años en los que podía acudir al Cine Herrero o Cine Puchol: "Cuando éramos jóvenes no había nada más. Estaba el cine y la asociación 'Tots cabem', donde ponían música en un tocadiscos. Los sábados tocaba baile y los domingos, película".

Testimonio de Francisco Pallarés, vecino de Sant Joan de Moró

GABRIEL UTIEL

Sobre los porqués de su adiós, el actual gestor del inmueble no esconde que “el boom de la televisión le hizo daño. El objetivo de mi abuelo no era hacerse rico, sino dar un servicio al pueblo y como la respuesta de la gente ya no era la misma que en los primeros años decidió cerrar”. José Pallarés confía en que el Ayuntamiento de la localidad se haga con el edificio y añade que “el precio no será un problema. Sería ideal para los ensayos de la banda del pueblo o para funciones de teatro porque el salón polifuncional no deja de ser una nave industrial grande que no está acondicionada para otros actos”.

Juan Ramón Tebas, conocido como el panadero de Sant Joan de Moró, aunque está jubilado en la actualidad, rememora lo siguiente: "Recuerdo ir al cine con mi mujer. Era prácticamente la única opción de ocio que había en el pueblo, que entonces era mucho más pequeño". Juan Ramón no oculta que mantiene la ilusión "de que volviera abrir un cine porque lo teníamos a dos pasos de casa".

Testimonio de Juan Ramón Tebas, vecino de Sant Joan de Moró

GABRIEL UTIEL

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