Javier Rupérez, en Nules: "Duele que quien me secuestró sea ahora socio del Gobierno"

En los diez años en los que fue diplomático en la recta final de la dictadura de Franco, aprendió «muchísimo sobre lo duro que es no estar» en la esfera internacional. Así lo ha asegurado este martes Javier Rupérez, el conferenciante invitado en el ciclo La concordia fue posible, organizado por el Ayuntamiento de Nules, donde profundizó en La política exterior de Españadurante la Transición.

La conclusión principal es que ese proceso posibilitó que el país «juegue un papel en el mundo», desde la profunda convicción de que «lo más importante es estar» y España «estuvo mucho tiempo ausente». De hecho, el deseo de «ser como los demás» de los ciudadanos de aquel momento, según remarcó, fue el motor del cambio político que se produjo.

Otegi y su secuestro

"La Transición fue posible porque el pueblo español quería ser como los demás"

En noviembre del año 1979, Rupérez fue secuestrado por ETA, que lo tuvo cautivo un mes. Nunca ha dudado, por las declaraciones que realizó una de sus secuestradoras a la Guardia Civil tras ser detenida, que Arnaldo Otegi (EH Bildu) estuvo implicado activamente. 40 años después, señala que lo que le duele, «aparte de otras cosas, es comprobar cómo Otegi ahora es socio del Gobierno de España», sin que haya existido de «ese y otros terroristas ni una palabra de reconocimiento de sus crímenes, de perdón, de explicación y de clarificación de quién los ordenó».

Sobre si en ese contexto es posible el espíritu de la concordia que preconiza el ciclo de conferencias de Nules, el diplomático afirmó que «determinadas concepciones, unas legales, otras morales y otras éticas, tienen que ver con los comportamientos presentes, pasados y futuros de determinados componentes de la vida pública y cada cual debe hacer frente a sus responsabilidades».

Incidió, en ese sentido, en que «la concordia de la Transición significó que unos y otros nos hicimos cómplices de las explicaciones respectivas, de dónde veníamos unos y otros», y esa circunstancia, en el caso expuesto, no se ha producido.

"Sin una política interior sólida, fiable, coherente y compartida por los ciudadanos, no hay manera de construir una política exterior coherente y fiable"

Representante de España en el exterior durante décadas, defendió que en el contexto internacional es esencial «la capacidad de los otros de prever cómo vamos a actuar». Las divergencias internas del Gobierno de España sobre asuntos como la guerra de Ucrania o el cambio de postura sobre el Sahara Occidental, según detalló, «crean incertidumbre, porque nuestros socios y amigos no saben cuál será nuestro próximo paso».

Para Rupérez, «sin una política interior sólida, fiable, coherente y compartida por los ciudadanos, no hay manera de construir una política exterior coherente y fiable», porque la política interior «es la que permite construir los márgenes de credibilidad, de confianza, y es sobre esa base que se construye la exterior». Desde esa convicción, se muestra «preocupado» por la gestión actual de ciertos asuntos internacionales.