Operativo para la llegada de tres gigantescas traviesas
La Vall d'Uixó recibirá vigas de 140 toneladas para construir el puente industrial
El Ayuntamiento debe retirar farolas y reformar una rotonda para permitir el paso de los vehículos de transporte especial
Foto de una de las imponentes vigas.
El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ultima estos días los preparativos para afrontar la fase más delicada de la construcción del puente industrial que conectará los polígonos Belcaire y Mezquita: el traslado de las tres gigantescas vigas que sustentarán esta infraestructura y que han sido fabricadas en una empresa de Bunyol.
Pese a que la distancia a recorrer es de poco más de 78 kilómetros, el procedimiento es sumamente costoso, dado que cada una de las vigas pesa 140 toneladas y tienen una longitud superior a los 42 metros, lo que requiere de un permiso especial del Ministerio de Transportes que ya está en trámite. Desde el consistorio esperan que se resuelva «tan pronto como sea posible para poder cumplir con los plazos», destaca la alcaldesa de la ciudad, Tania Baños.
Transporte especial
Desde el momento en que las vigas saldrán de la empresa ya se necesitará de un dispositivo extraordinario con muchas implicaciones, que le acompañará hasta su llegada al destino. El primer paso supondrá el corte de la autovía a la salida de la fábrica. Durante todo el trayecto, desde Bunyol hasta la Vall, los camiones especiales irán acompañados por vehículos de apoyo, delante y detrás, para advertir y señalizar su presencia, y a su vez deberán revisar que todo el trayecto esté libre de cualquier obstáculo.
Las vigas han sido fabricadas en una empresa de Bunyol (imagen superior de la nave industrial).
La Vall deberá adaptarse para recibir las vigas. Como detalla la alcaldesa, será «imprescindible» retirar algunas farolas y allanar y hacer pisable una rotonda. De lo contrario, sería imposible la maniobra para que los camiones accedan hasta donde está el puente.
Grúas específicas
La colocación de las vigas en su lugar tampoco está exenta de complejidad, dado que, como es obvio, será necesaria la participación de grúas específicas que puedan elevar y colocar en su lugar las 140 toneladas.
Pocas empresas pueden realizar este tipo de elementos constructivos. En este caso, como explica Baños, ha sido Pacadar, de Bunyol, grupo nacional con sede en la Comunitat especializado en prefabricados de hormigón.
Las tres vigas, que pesan 140 toneladas cada una y tienen una longitud de 42,7 metros, están listas para el transporte.
De este modo, la construcción del puente afronta una de sus fases cruciales, dado que la colocación de las vigas supondrá la conexión de ambas riberas del río Belcaire, lo que permitirá empezar a visibilizar la unión de los dos polígonos industriales de la Vall.
El pasado mes de noviembre comenzaron las obras de conexión, después de salvar distintos obstáculos, algunos imprescindibles --burocracia y trámites administrativos-- y otros imprevistos, como el incremento de los costes de construcción que dejó la primera convocatoria de la licitación desierta y la aparición de una zona rocosa de una dureza que obligó a planificar un viraje en el trazo inicial del puente. Todos esos inconvenientes han ido solucionándose a medida que se han presentado, «reduciendo al mínimo» los retrasos que podían haber ocasionado.
La previsión es que el puente pudiera estar en uso antes del próximo otoño, aunque faltará por ver si el Ministerio agiliza el traslado de las mencionadas vigas para evitar mayores demoras.
Cuando el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó y la Generalitat valenciana firmaron el convenio de colaboración, en el que se concretaba la aportación autonómica para la construcción del puente industrial, el 100% de la inversión (1,4 millones de euros) iba a correr a cargo de la Conselleria de Política Territorial. Pero eso fue en julio del 2022, antes de que la crisis de precios lastrara a adjudicación de numerosas obras públicas.
El consistorio supo de ese importante obstáculo cuando ninguna empresa presentó su oferta al proceso de licitación del contrato de construcción. Ya en la segunda convocatoria, el procedimiento pudo completarse. La inversión se encareció un 25% (unos 350.000 euros), aunque acabó adjudicándose por 1,3 millones.
La Generalitat manifestó su predisposición a ampliar el capital, pero ello habría supuesto paralizar el proceso y comenzarlo de nuevo. Dado que de estas obras depende la ampliación de suelo industrial en la ciudad, la Vall d’Uixó tomó la decisión de sufragar el sobrecoste con cargo a la subvención del Ivace 2023, ya aprobada.
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