Tras enterarse por Mediterráneo de la aprobación del concurso de acreedores de Cítrics de Nules, publicado este viernes en el BOE, los socios están a expensas de que el consejo rector les dé información sobre este proceso, además de la indispensable y urgente carta de libertad para poder vender su producción como mejor consideren. En ese tenso compás de espera, otra entidad de la comarca, Vallfrut (la Vall d’Uixó), hace un llamamiento público ofreciéndoles las ventajas de integrarse en su proyecto.
La propuesta que ponen a su disposición es acogerse a la figura de socio temporal, que les permitiría tener los derechos de cualquier otro cooperativista, pero sin la obligación de aportar capital.
Así lo trasladó a este periódico la junta rectora de Vallfrut, que cumple esta campaña 50 años. Cuenta con unos 400 socios, en torno a 300 empleados y ha llegado a comercializar 8 millones de kilos de cítricos, aunque aseguran que tienen capacidad para dar salida a 14 millones, con destino, entre otros, a los países nórdicos, Suiza y los países del Este.
Austeridad y ahorro
Entre las garantías que desde Vallfrut dicen poder aportar a sus socios están unas cuentas «saneadas, no debemos dinero a nadie». Como consecuencia, según explican, de una «gestión conservadora», que les ha permitido tener un colchón económico que ahora posibilita que puedan destinar recursos «a dar respaldo a los productores».
La figura de socio temporal, a la que puede acogerse cualquier citricultor «de municipios limítrofes con la Vall d’Uixó» posibilita que durante un periodo máximo de tres años puedan gestionar su producción a través de Vallfrut «con las condiciones de cualquier otro socio, los mismos servicios y las mismas liquidaciones». Pero, como se ha mencionado, sin tener que hacer las obligatorias aportaciones de capital, que deberían asumir a partir del cuarto año, en el supuesto de querer continuar.
Una vez formalizada la condición de socio de pleno derecho, la cooperativa vallera cuenta con un plan de reconversión que posibilita que las personas que no pueden o no quieren seguir cultivando sus fincas las pongan a disposición de la entidad por un plazo de 15 años.
En estos casos, se arrancan los árboles --por regla general se trata de fincas envejecidas-- y vuelven a plantarse, pero con «variedades que interesen», y que permitan alargar las campañas, una de las prioridades del sector cooperativista en general y también de Vallfrut. A los 15 años, detallan, se devuelve la parcela a su propietario «en plena producción». En la actualidad, disponen de 400 hanegadas que fueron reconvertidas hace cinco años y han empezado a producir.
A los socios que quieran asumir su propia reconversión varietal, les conceden ayudas para la transformación del 50% «para arrancar, trabajar la finca, plantar y poner el goteo».
Apoyo ante la dificultad
Conscientes de que las vinculaciones de Cítrics de Nules siguen vigentes, precisan que en cuanto los socios sean libres pueden informarse y acogerse a las ventajas que ofrecen. Desde esta entidad inciden en que el sector cooperativista busca «un beneficio común» sin tener que renunciar a los porcentajes de corredores y comercios. H