Piden indemnizaciones e imponer el tratamiento en frío

Europa estudia una reclamación por daños de las plagas surgida en Nules

La Asociación Independiente de Agricultores denuncia que la UE se ha convertido en «un coladero de plagas» por exportaciones de terceros países sin controles

Dos trabajadores recogen naranjas en una finca citrícola.

Dos trabajadores recogen naranjas en una finca citrícola. / Mediterráneo

Nules

En el mes de octubre, la Secretaría General del Parlamento Europeo registró y tramitó para su valoración una petición presentada por la Asociación Independiente de Agricultores de Nules (AIAN) en la que piden compensaciones económicas por las pérdidas que ha generado la entrada de plagas provinientes de las exportaciones de fruta de terceros países.

La comunicación trasladada a la asociación desde Bruselas indica que la Comisión de Peticiones está estudiando la propuesta en la que plantean el tratamiento en frío como «la única posibilidad de conseguir frenar la muerte y ruina de la citricultura», defienden.

En la reclamación presentada, relacionan las diferentes plagas identificadas hasta la fecha con entrada acreditada de países terceros, entre las que están el cotonet y el trips de Sudáfrica, el ácaro oriental, el minador o diferentes tipos de mosca blanca, por citar algunos de los que incluyen.

La AIAN indica que «se habla de la lucha biológica, pero la autorización para la importación de depredadores naturales tarda excesivamente a causa de los severos protocolos, como nos ocurrió con el Anagyrus aberiae, que tardó en darse su autorización cinco años».

Inciden en que este tipo de plagas «son las peores a las que nos hemos enfrentado, ya que se extienden rápidamente por la falta de depredadores naturales».

La agrupación de agricultores de Nules pide a la UE «que se nos indemnice los daños producidos por esas plagas» porque consideran a las políticas comunitarias en esta materia como «las culpables directas porque nos dejan indefensos para controlar y evitar la dispersión de tanta plaga».

Ponen cifra a ese perjuicio. Detallan que los tratamientos que deben aplicarse y las pérdidas que se suman cuando las plagas ya están extendidas «han supuesto un aumento de los costes de producción en más de un 60%». Valoran que si esos costes, en condiciones normales, se estimaban en unos 4.080 euros por hectárea, con estas afecciones fortuitas pueden alcanzar los 8.400.

Solución conocida

La AIAN no entiende la «continua negativa a aplicar el tratamiento en frío» que, según exponen, está recomendado «por las autoridades fitosanitarias tanto españolas como europeas». Además, afean que la UE se ha convertido desde la década del 2000 al 2010 «en un coladero de plagas debido a las laxas inspecciones en puertos de frontera» donde, afirman, «no se inspecciona ni el 10% de las importaciones» y señalan el caso concreto del puerto de Rotterdam, donde «apenas hay inspecciones».

Esta afirmación se constata, argumentan, en el hecho de que «los propios sudafricanos lo saben y piden a los exportadores realizar sus envíos a través de este puerto por sus pocos controles».

Indican que el aumento de exportaciones no ha supuesto un incremento en la contratación de inspectores y advierten de que «la ausencia de inspecciones en los envíos de flores por avión es un verdadero propagador».

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