MUNTANYES DE LA GUERRA

De Madrid a la Vall para conocer el lugar que marcó la vida de sus antepasados durante la guerra civil

Unas 80 personas han participado este domingo en una nueva edición de la Subida al Castell de Noguera para recordar los combates del 31 de diciembre de 1938

La memoria puede dejar una huella muy profunda, tanto como para sobrevivir de generación en generación, convirtiendo la experiencia de lo vivido en un legado. Lo que ha sucedido este domingo en la Vall d'Uixó, un año más, no deja de ser una constatación de que la historia quedó escribió en el paisaje y no son pocas las personas que persisten en su intención de que no quede en el olvido.

Durante 15 años, la asociación Les Muntanyes de la Guerra, en el domingo más próximo al 31 de diciembre organiza una ruta senderista guiada con un destino fijo: el castillo de Noguera. Su intención es recordar los combates de la guerra civil que se desarrollaron en esta zona el último día del año 1938 y que marcaron el devenir de la contienda y de las personas que los protagonizaron.

En esta ocasión, unas 80 personas han completado la distancia entre el barrio Toledo y la cima de la montaña coronada por el castillo de la Vall, acompañados por los historiadores que, edición tras edición de esta ruta, comparten información contrastada, por su amplia investigación histórica, sobre la vida de los soldados que permanecieron durante meses apostados en esos montes.

Alberto y Miguel (Madrid), nietos de combatientes republicanos en la batalla del castillo de Uixó del 31 de diciembre de 1938.

Alberto y Miguel (Madrid), nietos de combatientes republicanos en la batalla del castillo de Uixó del 31 de diciembre de 1938. / FERNANDO NEBOT

Entre los asistentes, en esta ocasión, había dos hombres que, posiblemente sin pretenderlo, hicieron especial este itinerario respecto del de años anteriores. Ellos son Alberto y Miguel, residentes en Madrid. Cuando supieron de la existencia de esta ruta histórica, cogieron el coche y se plantaron en la Vall para formar parte de la experiencia.

Los madrileños Alberto y Miguel en uno de los tramos de la ruta por los vestigios bélicos.

Los madrileños Alberto y Miguel en uno de los tramos de la ruta por los vestigios bélicos. / FERNANDO NEBOT LLUCH

Las suyas son razones emocionales de peso. Ambos son nietos de soldados que estuvieron en la mencionada batalla. El tío abuelo de uno de ellos perdió la vida. El abuelo del otro logró sobrevivir. Pertenecían al bando republicano que en aquellos días defendía el territorio del ataque de las tropas franquistas.

Menos de un siglo después, en tiempos de paz, al menos en territorio español, la memoria ha tratado de cumplir su misión, recordar lo que sucede cuando quienes tienen el poder deciden resolver los problemas o las diferencias a través de la violencia, a costa de la vida de los ciudadanos que los secundan o no tienen más remedio que hacerlo.

Los presentes en la XIV Subida al Castell de Noguera han sido más conscientes que nunca de que el paisaje idílico que han pisado y oteado desde las alturas, se tiñó hace un puñado de años de muerte y sufrimiento. De lo que se perdió y de las heridas emocionales que quedaron han sido testimonio vivo Alberto y Miguel, herederos de esta historia.

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