Nules insiste en el riesgo del uso sin límites de la tecnología en los jóvenes

Las jornadas sobre violencia filioparental reúnen a expertos en múltiples ámbitos, desde el judicial, al educativo y psicológico

Foto de archivo de un niño usando un móvil y una tablet.

Foto de archivo de un niño usando un móvil y una tablet. / Europa Press

Nules

Prevenir es la estrategia esencial para confrontar la problemática de la violencia filioparental. Entre otras conclusiones, podría considerarse que fue la principal coincidencia en los argumentos expuestos por los expertos que este viernes participaron en la sexta edición de las jornadas que sobre esta cuestión organiza el Ayuntamiento de Nules, y donde abordaron esta realidad desde la perspectiva judicial, pedagógica y psicológica.

Inauguradas por el alcalde, David García, acompañado por la subdelegada del Gobierno en Castellón, Antonia García Valls, durante todo el día reflexionaron sobre este tipo de violencia ejercida por adolescentes y jóvenes contra sus padres desde un punto de vista criminológico y sobre la experiencia de diversos países a la hora de hacer frente a este tipo de conflictos intrafamiliares.

Foto de la inauguración de las jornadas.

Foto de la inauguración de las jornadas. / Mediterráneo

Responsabilidad y límites

Entre los ponentes, dos de ellos enfocaron su exposición en el impacto que tiene la hiperconectividad, las redes sociales, los videojuegos y el uso de internet en el desarrollo de niños y adolescentes. En Pantallas que abducen a nuestros hijos, Carlos Peinador Oltra, orientador juvenil, aseguró que «todo es adecuado en el momento evolutivo oportuno». Lejos de demonizar las tecnologías, incidió en el papel que juegan los padres a la hora de gestionar el acceso de sus hijos a determinados contenidos.

Fue muy claro al precisar que, demasiado a menudo, «no quieren ser conscientes» del impacto negativo que tiene un acceso sin filtros ni controles, «porque resulta cómodo dejarles a los hijos el móvil o la videoconsola para que estén en sus cosas y no molesten».

Foto de la ponencia de Carlos Peinador.

Foto de la ponencia de Carlos Peinador. / Mònica Mira

Peinado expuso que los progenitores han de asumir que son «los provocadores o los meritorios de que sus hijos estén bien o mal», en el sentido de que si un niño o un adolescente se siente bien consigo mismo, no tendrá comportamientos disruptivos o agresivos.

Incidió en que entre los 12 y los 14 años es cuando los adolescentes «tienen una mayor capacidad de influencia» y los padres tienen una función esencial, porque desarrollar o no conductas violentas, depende mucho «del vínculo y la relación familiar que mantienen». Señaló que «los niños maduran a los 25 años, todo lo que reciban, lo que el entorno les aporta, no van a ser capaces de gestionarlo sin apoyo».

Su apuesta es «no dejarlos solos y ser conscientes de que las consecuencias de hacerlo son gravísimas», al tiempo que aconseja «promover todo lo analógico y retrasar todo lo más posible lo digital, aportándoles otras experiencias vitales, pero a su lado».

Consciencia de los riesgos

En la misma línea hizo su exposición Víctor J. Navarro Íñiguez, policía local de Cartagena, doctor en Derecho y Criminólogo. En su ponencia Delincuencia juvenil, retos de la sociedad 3.0, enfatizó la necesidad de «trabajar la educación parental» y que es indispensable «formarse e informarse». «Les damos el teléfono y los dejamos solos, cuando debemos entrenarles y darles formación», afirmó.

Imagen de la ponencia de Víctor J. Navarro Íñiguez.

Imagen de la ponencia de Víctor J. Navarro Íñiguez. / Mònica Mira

El riesgo de ignorar los peligros, especialmente de las redes sociales, es un desencadenante de conductas delictivas de las que los jóvenes pueden ser víctimas, pero también agresores. «Debemos ser conscientes de a qué se enfrentan, establecer normas y ejercer como padres nuestra autoridad», remarcó como conclusión. 

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