El pueblo menos habitado de la Comunitat Valenciana, con 8 habitantes, mueve ficha para reabrir su único bar-restaurante

Desde septiembre de 2021, el bar que había sido un punto de encuentro en este pueblo de Castellón durante más de 30 años cerró sus puertas, después de que su propietario se jubilara

El Ayuntamiento apuesta por el turismo rural y quiere recuperar este servicio «esencial»

Panorámica de Castell de Cabres, cuyo Ayuntamiento quiere volver a contar con un bar-restaurante y ha licitado las obras para rehabilitar un local municipal para este fin..

Panorámica de Castell de Cabres, cuyo Ayuntamiento quiere volver a contar con un bar-restaurante y ha licitado las obras para rehabilitar un local municipal para este fin.. / Cristina Garcia

En los pequeños municipios del interior de Castellón, donde los servicios básicos escasean, la presencia de un bar se convierte en esencial, no solo como un lugar de encuentro, sino como el único espacio donde los vecinos y visitantes pueden acceder a algún tipo de servicio.

Castell de Cabres, situado al noroeste de la provincia, es un ejemplo claro de cómo la falta de este servicio impacta en la vida de sus escasos habitantes.

Este pueblo, con apenas 22 residentes censados según el INE 2024, pero con 8 residentes permanentes durante todo el año, ha experimentado un éxodo rural en las últimas décadas que lo ha llevado a convertirse en el municipio menos poblado de la Comunitat Valenciana. Su población fluctúa entre esas 8 personas durante el año y hasta 50 en los picos de temporada alta, como la Semana Santa o el verano.

Desde septiembre de 2021, el bar que había sido un punto de encuentro en el pueblo durante más de 30 años cerró sus puertas, después de que su propietario se jubilara. Este cierre dejó a los pocos vecinos del pueblo sin un lugar donde socializar o disfrutar de una comida o bebida, algo que resaltó la alcaldesa, María José Tena, al hablar sobre la importancia de este tipo de servicios en zonas rurales.

A pesar de su despoblación, Castell de Cabres se encuentra en una ubicación privilegiada, puerta de entrada del Parque Natural de la Tinença de Benifassà, lo que le otorga un atractivo turístico considerable. Sus paisajes montañosos son ideales para el turismo activo, como el senderismo, una de las actividades más populares de la región. De hecho, es parada de numerosos senderistas y visitantes de esa zona de la provincia.

Castell de Cabres, en Castellón, es el pueblo menos habitado de toda la Comunitat Valenciana.

Castell de Cabres, en Castellón, es el pueblo menos habitado de toda la Comunitat Valenciana. / Cristina Garcia

Cinco alojamientos de turismo rural

No en vano, el Ayuntamiento apuesta por el turismo rural, pues el municipio cuenta con cinco alojamientos, y participa en iniciativas interesantes junto con el resto de los pueblos de la Tinença de Benifassà, con el objetivo de revitalizar la economía local y atraer visitantes, lo que acentúa la necesidad de contar con un bar-restaurante en el que poder tomar desde un café a una cerveza o una comida o cena. 

Por este motivo, ello, el consistorio ha tomado cartas en el asunto y está trabajando en la rehabilitación de un antiguo local de propiedad municipal que tenía este uso, situado en la planta baja de la Calle La Sala, con el fin de reabrirlo como un bar-restaurante. 

Rehabilitación del local

Este proyecto de rehabilitación, que tiene un presupuesto de 140.000 euros, será financiado a través del plan Impulsa de la Diputación de Castellón. Una vez adjudicado, las otras tiene un periodo de ejecución de cinco meses y medio aproximadamente, por lo que la alcaldesa confía en que pudieran estar listas a finales de este año. 

El siguiente paso será licitar la gestión del establecimiento, para lo cual el consistorio buscará fórmulas para atraer interesados, consciente de la dificultad que supone abrir un bar-restaurante en un pueblo tan pequeño para que pueda ser rentable.  

Castell de Cabres se encuentra a una altitud media de 1.134 metros, lo que le otorga un clima montañoso con inviernos fríos y veranos secos y frescos. Estas características lo convierten en un destino perfecto para aquellos que buscan escapar de la ciudad y disfrutar de la quietud de la naturaleza. La apertura del bar-restaurante es uno de los primeros pasos para ofrecer a los turistas una experiencia más completa.

Medida contra la despoblación

No solo responde a la necesidad de ofrecer un servicio básico, sino también se presenta como medida crucial para combatir la despoblación. Este espacio servirá como un punto de encuentro para los pocos residentes del pueblo, favoreciendo la cohesión social y atrayendo a nuevos visitantes. 

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