Indignación entre los regantes de la Vall por la escasa eficiencia de la balsa de la Mezquita

La significativa crecida del río Belcaire de los últimos días no se almacena en toda la capacidad de la infraestructura, porque el azud «está bloqueado»

El agua que ha entrado en la balsa de la Mezquita estos días está muy por debajo de lo que puede abarcar.

El agua que ha entrado en la balsa de la Mezquita estos días está muy por debajo de lo que puede abarcar. / VICENT TALAMANTES

La Vall d'Uixó

Desde su construcción, en el año 2006, la balsa de la Mezquita de la Vall d’Uixó ha acumulado más controversia que agua. Al menos, así lo consideran los regantes del municipio, que pese a tener en su término municipal una infraestructura capaz de almacenar dos hectómetros cúbicos de un recurso tan escaso en la zona, denuncian su escasa eficiencia, demostrada en el último episodio de lluvias, que provocó una significativa crecida del río Belcaire.

El presidente de la Comunidad de Regantes, Vicente Ambou, ejemplifica la situación explicando que «mientras todos los pantanos de la provincia se han llenado en cuestión de una semana, esta balsa apenas ha embalsado una pequeña parte del agua disponible». La razón, según explica, está en la «falta de mantenimiento» de una infraestructura cuya construcción costó más de 30 millones de euros.

Para entender lo que está pasando, hay que saber que en el cauce del río Belcaire, seco la mayor parte del tiempo salvo en momentos puntuales de lluvias torrenciales o persistentes, existe un azud, en la parte derecha del cauce aguas abajo, gestionado con unas compuertas que, en estas circunstancias excepcionales, se abren para permitir que el torrente proveniente sobre todo de les Coves de Sant Josep entre de forma natural en las canalizaciones que lo derivarán hasta la mencionada balsa. Ese azud, asegura, «está bloqueado».

Rocas, vegetación y otros residuos arrastrados por esas crecidas del río impiden que ese azud opere al 100% de su capacidad y aunque hay aportaciones, están muy por debajo de lo que habría sido posible de haber estado despejado.

Desde la Comunidad de Regantes indican que Acuamed, que sigue haciéndose cargo de la balsa a la espera de un convenio que trasladaría su titularidad a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que todavía no se habría materializado, les aseguró que «habían solicitado permiso para limpiar el cauce», precisamente a la Confederación, «y no se lo habían concedido». Mediterráneo trasladó a la CHJ una consulta por escrito en relación a esa cuestión y casi una semana después no ha recibido ningún tipo de respuesta.

Las consecuencias de esa falta de mantenimiento de una infraestructura tan costosa van más allá. En su día, se creó «para destinar ese agua a recargar el acuífero de la Rambleta», recuerda Ambou, pero el pozo que puede permitir ese objetivo «también está embozado», es decir, las reservas subterráneas tampoco se están beneficiando como habría sido posible de realizarse una gestión más eficiente.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents