Arqueología musical en Nules: Recuperan una obra musical de hace 300 años

El 5 de abril volverá a sonar la obra musical que compuso en el siglo XVIII José Pradas Gallén para la inauguración del Convento de la Sagrada Familia en el año 1717

El director de orquesta, Miguel Ángel Martínez Montés, y el compositor y arpista, Marcos Ripoll posan con la partitura de José Pradas Gallén.

El director de orquesta, Miguel Ángel Martínez Montés, y el compositor y arpista, Marcos Ripoll posan con la partitura de José Pradas Gallén.

En el año 1717, el conocido compositor castellonense (Villahermosa del Río) José Pradas Gallén estrenó en Nules una obra creada por él expresamente para la inauguración de la iglesia del Convento de los Carmelitas Descalzos. El próximo 5 de abril, tres siglos después, esa pieza volverá a interpretarse.

El concierto será la culminación de un trabajo de arqueología musical, que tuvo su punto de partida en una reseña publicada por el cronista oficial de la Vila, Joan Gavara, en el 2021, sobre su descubrimiento de que las partituras de la obra se guardaban en el archivo de la Catedral de València.

El concejal de Patrimonio, Guillermo Latorre, solicitó formalmente un facsímil del documento para el archivo municipal, pero no fue el único que se interesó por esa creación artística.

El director de orquesta nulense Miguel Ángel Martínez Montés, aprovechó su amistad personal con el director de la coral de la Catedral de València, Luis Garrido, y le pidió una copia, con el propósito de estudiar la posibilidad de recuperar la pieza y volver a interpretarla. No tardaría en descubrir la complejidad de semejante cometido.

La arpista Úrsula Segarra, que intervendrá en el concierto, y los integrantes del Grup de Veus Música Viva.

La arpista Úrsula Segarra, que intervendrá en el concierto, y los integrantes del Grup de Veus Música Viva. / Mònica Mira

El primer reto fue encontrarse con una partitura original manuscrita «que no es como las que vemos ahora, en algunas partes se veía lo que cantaban todos y en otras no, algunas voces tenían la letra escrita y el resto no, algunas tenían anotaciones y otras solo lo que tenían que cantar, en algunas partes aparecían los compases del silencio, pero en otras no y había que averiguar cuándo volvían a entrar... el montaje de esos papeles era como un gran puzzle».

Para Martínez Montes, el arreglo de la parte vocal no suponía mayor inconveniente, que el estudio del autor y horas de trabajo, pero su particular piedra Rosetta era el «acompañamiento continuo de arpa, que debo de reconocer que, como instrumento, es mi gran caballo de batalla».

En ese punto pidió la ayuda de especialistas en la materia, en concreto, la arpista de la Vall d’Uixó, Úrsula Segarra y su marido, Marcos Ripoll, compositor. «Fueron la luz en el túnel oscuro en el que yo solo me había metido», describe.

Artesanía musical

Han sido dos años de inmersión. «Yo me he encargado de la parte coral y del proyecto general y ellos se centraron en la parte del arpa». El resultado de esa labor artesanal se interpretará de nuevo en el Convento en un concierto protagonizado por el Grup de Veus de Música Viva, que dirige Miguel Ángel Martínez Montes, y la arpista vallera Úrsula Segarra.

Sobre las características de la obra, el director explica que «los dos coros hacen una fanfarria, en la que uno le contesta al otro. Creemos, porque no hay ningún documento que lo confirme, que el día del estreno, uno debió de estar en altura y el otro a nivel del suelo», exactamente como se hará el día 5, «para recrear esa atmósfera», en lo que no duda en describir como «un acto histórico».

Afirma que «la dificultad de la obra no se le podía encargar a cualquiera» y ha recurrido «al instrumento que tenía más a mano, el Grup de Veus Música Viva, un coro profesional que va a devolvernos una obra muy nuestra».

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