El tesoro centenario que recorre Moncofa en Pascua

Cada Semana Santa, la localidad revive su historia con la salida del Nazareno, ya que la imagen luce su túnica original, con más de un siglo de antigüedad. Una reliquia que sobrevivió a la guerra civil y sigue emocionando a generaciones.

Moncofa muestra uno de sus más preciados tesoros en estas fechas.

Moncofa muestra uno de sus más preciados tesoros en estas fechas. / M. Á. SÁNCHEZ

Moncofa

La Semana Santa en Moncofa se viste de historia viva cada vez que el Nazareno sale en procesión con su túnica original, una pieza que suma más de cien años y que ha sobrevivido incluso a los estragos de la guerra civil. La túnica que hoy luce la imagen del Nazareno durante la Semana Santa es la misma que llevaba hace más de un siglo, cuando comenzó a venerarse en el templo de Santa María Magdalena. Su desaparición en tiempos de guerra pudo haber significado una pérdida irreparable, pero la suerte y el compromiso vecinal evitaron esa tragedia.

Integrantes de la asociación religiosa del Nazareno de Moncofa, con la túnica que lleva el Nazareno en la solemne procesión del Silencio del Viernes Santo y que data de principios del siglo XX.

Integrantes de la asociación religiosa del Nazareno de Moncofa, con la túnica que lleva el Nazareno en la solemne procesión del Silencio del Viernes Santo y que data de principios del siglo XX. / M. Á. SÁNCHEZ

Fue Asunción, conocida como de Paulino, quien encontró la túnica en un carro que unos militares transportaban por la actual plaza La Bàscula. Sin dudarlo, la entregó a Antonia Arnau, la Jesusa, que vivía cerca y la custodió con celo hasta que terminó el conflicto. 

Después de la guerra

Tras la guerra, un grupo de matrimonios devotos mandó hacer una nueva talla del Nazareno al escultor valenciano Daniel Paredes, siguiendo las medidas de la túnica recuperada. En 1941, la imagen procesionó por primera vez en el Domingo de Ramos, saliendo de la casa de Mateo Arnau y Dolores Valls en el Camí la Vall. Así nació oficialmente la asociación del Nazareno, que este año celebra 83 años de fe ininterrumpida.

Aunque la talla actual es relativamente reciente, la devoción por el Nazareno y su túnica se remonta mucho antes. En las primeras décadas del siglo XX, la imagen ya salía en procesión cada Semana Santa y tenía su propio altar en la iglesia parroquial. Actualmente, la túnica original se cuida con esmero. Días antes de Semana Santa se airea y se plancha, y el Lunes Santo se hace el cambio de vestimenta en la parroquia. Es la misma que lucirá el Nazareno en la Procesión del Silencio del Viernes Santo.

Los impulsores

La asociación religiosa del Nazareno fue impulsada por un grupo de familias devotas, entre las que se encontraban Mateo Arnau y Dolores Valls, conocidos como Mateus; Ignacio Canós y Rosa Tena, Nasio; Vicente Canós y Teresa Martí, Carlina; Juan Bautista Isach y Antonia Alemany; Ramón Canós y Josefa María Sales, Masovera; Francisco Martí Alós; y Rosita Cubedo junto a José Alemany, Xarrona. Con el paso del tiempo, se incorporaron las familias de Vicente Arnau (Chiquitín), Visitación Carmona, Milagros Masiá (la Pansa) y Antonia Arnau (la Flara). 

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