Buena planta y juego dispar en los ‘bous’ de las fiestas de Sant Vicent de la Vall

Las peñas Amics de la Reina y la Ermita se encargan de patrocinar las dos exhibiciones

El toro de Las Monjas ha demostrado poca predisposición en su cometido.

El toro de Las Monjas ha demostrado poca predisposición en su cometido. / J. J. Montón

Dentro de la tradición que define de forma habitual el programa de las patronales de Sant Vicent en la Vall d’Uixó, este jueves se produjo un hecho excepcional, por las fechas en las que han caído las fiestas este año.

Lo común es que la segunda jornada de bous al carrer sea el miércoles, pero al coincidir este jueves con el 1 de mayo, la comisión optó por ajustar el cartel. La gran afluencia de público demostró que fue un acierto.

La afición ha tenido una triple cita, dos exhibiciones por la tarde y un embolado (al cierre de esta edición). Los dos primeros, patrocinados por las peñas Amics de la Reina 2025 y la Ermita, en ese orden.

El resumen de la tarde, según los expertos que habitualmente colaboran con Mediterráneo, es el de una presentación de ambos animales impecable, pero la bravura y el juego que ofrecieron a los rodaors, acabó siendo dispar.

La tarde la ha inaugurado el de Las Monjas. De llamativa planta, pronto ha demostrado tener muy poca predisposición e interés en su cometido y aunque los que suelen acercarse más se empeñaron, tampoco han tardado en desistir al ver que no había más que esperar que un aspecto irreprochable.

El de Monteviejo, que como es habitual cuando patrocina la Ermita, no ha salido de los toriles en la placeta de Sant Vicent, sino del cajón en la calle donde tiene la sede la peña, ha exhibido «el tipo de la casa».

A diferencia de su predecesor, no ha perdido de vista a quien le citaba y «con un juego notable», ha permitido a los rodaors disfrutar lo que no habían podido hasta ese momento.

Desde la comisión recuerdan el papel del embolado que ha rematado el primer sábado de toros, un ejemplar de Zalduendo «muy bien presentado, rematado y fuerte», que ha comenzado la lidia «correteando por el recinto, hasta que ha terminado en la plaza de la Vilavella donde le sacaron cosas interesantes».

El público, lo mejor

De las dos jornadas de bous, lo más destacado ha sido la respuesta del público, que ha llenado hasta la bandera el recinto. Explican los expertos taurinos, que el de Sant Vicent tiene unas particularidades que lo hacen especial. La principal, la placeta, que por estética y distribución, embellece el festejo y facilita el lucimiento de los rodaors.

La parte más antigua, con calles estrechas y esencia de judería y de la antigua alquería musulmana, coronada por sus tres plazas, la mencionada y las de la Vilavella y del Castillo, tienen un encanto que facilitan el espectáculo.  

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