Lloran a Rubio tras morir atropellado: "Fue, y siempre será, el perro de Moncofa"

"Se dejó acompañar, pero nunca domesticar", reconoce Bárbara en una emotiva carta dedicada al can

Imagen de Rubio, el perro más querido de Moncofa recientemente fallecido.

Imagen de Rubio, el perro más querido de Moncofa recientemente fallecido.

Bárbara, una vecina de Moncofa, resume en una emotiva carta la vida de Rubio, que durante una década se convirtió en la mascota más querida de la población castellonense. El pasado 13 de abril falleció tras ser atropellado, pero quienes le conocieron le recodarán “como un ejemplo de amor y libertad”.

A continuación reproducimos la carta que la lectora ha hecho llegar al periódico: 

Rubio: el perro libre que amó como solo aman los que no tienen nada

En las calles de Moncofa, entre huertos, aceras y rincones olvidados, vivió Rubio, un perro callejero con alma de viento y corazón de fuego. No era un perro cualquiera. Era el compañero inseparable de Berna, un hombre sin techo, sin normas y sin más riqueza que la libertad. Juntos fueron dos espíritus libres que se tenían el uno al otro, que no conocían jaulas, ni relojes, ni techo más que el cielo.

Berna vivía al margen del sistema, pero nunca permitió que a Rubio le faltase lo esencial: su ración de pollo, su caricia, su compañía. Aunque tuviera que rebuscar entre la basura, lo hacía con dignidad, con amor. Rubio no quería pienso, ni paté. Quería lo que Berna le daba: afecto servido en platos de calle. Todos en Moncofa les conocían, porque allí donde estuvieran, estaban juntos. Siempre.

Pero un día, la salud de Berna empezó a quebrarse. El cáncer no entiende de libertad, ni de calle, ni de dignidad. Un hombre del pueblo se preocupó por él, y finalmente fue llevado a una residencia. Pero Berna no podía vivir entre cuatro paredes. Era como enjaular al viento. Escapó, como era de esperar, y murió como quiso: libre, sin pastillas ni reglas, en su ley. Sufriendo, sí. Pero libre.

Y Rubio... Rubio esperó.

Durante largos meses, Rubio se instaló en el último lugar donde vio a su amigo. Lo buscó por los huertos, por el Fricofar, por las calles que compartieron. Escapaba de todas partes. Rompía puertas, se esfumaba de refugios, porque su destino no lo dictaban los humanos. Su brújula era el amor.

La asociación local GOSSOS SENSE SOSTRE intentó cuidarlo. Al principio sin éxito. Pero Rubio, con su dolor callado, fue entendiendo que Berna no volvía. Se dejó acompañar, pero nunca domesticar. Nunca entró en una casa. Le tenía miedo a los muros. A las rejas. Él seguía siendo libre, como su amigo.

Y entonces apareció Bárbara. Yo.

Rubio empezó a venir a verme cada mañana. Yo le decía que no podía quedarse, que pasaban muchos coches, que no era seguro. Pero él se quedaba. Me esperaba. Se acurrucaba en una esquinita de mi casa y, sin que yo lo supiera, me había elegido.

Le hicieron una caseta. Le llevaban comida. Los niños lo adoraban. Movía su cola con ternura cuando lo acariciaban. Regalaba amor, como solo los perros libres saben hacerlo. El pueblo lo adoptó, la policía lo entendía, y entre todos le dimos lo que él deseaba: su libertad.

Nunca quiso entrar en casa. Pero amaba mi coche. Cuando llovía, se subía sin dudarlo. En casa no, pero el coche... el coche era otra cosa. Le recordaba a los viajes, al movimiento, a la libertad que llevaba dentro.

El 13 de abril, algo cambió. Rubio, tan listo, tan cuidadoso, cruzó una carretera como lo había hecho mil veces. Pero ese día no volvió. Moncofa lloró su partida. Porque Rubio no era solo un perro. Era un símbolo. Era el legado de Berna. Era el amor sin condiciones. La fidelidad que no necesita correa. El alma de un pueblo que supo entender que a veces el mejor hogar es el que no tiene paredes.

Hoy, donde Rubio solía estar, hay flores. Hay lágrimas. Hay recuerdos. Y hay gratitud. Porque nos enseñó que se puede amar sin poseer, acompañar sin encerrar, vivir sin ataduras. Rubio fue, y siempre será, el perro de Moncofa.

Libre. Fiel. Inolvidable.

Imagen del can remitida por Bárbara.

Imagen del can remitida por Bárbara. / Mediterráneo

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